En Torreón también hace aire
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Ese abrazo celebratorio entre torreonenses y exsaltillenses arropó las presentaciones de Lalo Olmos y del reconocido escritor Luis Jorge Boone para hacer sobrada justicia a la novela ‘Ir a La Habana’
Eran las 17:45 el pasado viernes en Torreón. Apresuraba mi paso para no quedarme fuera, como ocurrió hace tres años en el Museo Regional del Bosque, de la presentación del maestro Leonardo Padura, autor indispensable de la literatura cubana y latinoamericana. Justo heredero de José Lezama Lima, Alejo Carpentier y Guillermo Cabrera Infante, entre otros.
Llegué al Instituto de Música al mismo tiempo que Luz Elena Morales, presidenta de la Junta de Gobierno del Congreso Local, y su compañero de vida, Alejandro Luna, subsecretario de Administración de Finanzas. Ninguno de los tres imaginábamos lo que viviríamos en la presentación del libro y en su brindis posterior.
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Dentro sentí la mano de los organizadores Quecha Martínez y Ricardo Santibáñez. Aunado, claro, al apoyo logístico eficaz de tres asistentes de Eduardo Olmos, uno de los presentadores del libro: Yasser (de origen cubano), Olga y Miriam. Todo estaba en su lugar. Nada podía salir mal porque Lalo tenía a sus hijos, Eduardo y Alejandro, en las primeras filas, como escudo afectivo y espiritual para dar vuelo, sin temor, a su inteligencia literaria y rendir un justo homenaje a la última novela del maestro Padura: “Ir a La Habana”, publicada en 2024 por Tusquets Editores.
Conforme caminaba a mi lugar, me percaté de la gran cantidad de personas que bajaron del otrora llamado Saltillo, hoy instaurado como Capital del Rodeo. Su rostro relajado mostraba descanso por haber dejado el sombrero tejano marca Tombstone, los pantalones de mezclilla de tubo vaquero y las botas Golden Goose (Ganso dorado) en sus casas.
En ese tenor, de manera puntual, observaba al secretario de Gobierno, Óscar Pimentel, y a la secretaria de Cultura, Esther Quintana, quienes no dejaban de estar a la defensiva por estar en Torreón, pero se veían felices, arropados por tanta calidez.
Mientras, los periodistas Arturo Rodríguez (director del Coahuilense), Carlos Arredondo y Gustavo Espinosa (editores de VANGUARDIA) reían con Gerardo Blanco (secretario Ejecutivo del Instituto Electoral de Coahuila) de manera gozosa y distendida.
Del Congreso local también bajaron de por allá la oficial mayor, Mariana Sánchez; el tesorero, Javier Lechuga; el director de Comunicación, Carlos Valero, y el director de la Biblioteca del Congreso, Alberto Cortines Boardman.
Pasaban los segundos y el teatro estaba casi a reventar: las edecanes, presurosas, ponían sillas en los pasillos. ¿Qué personajes de la vida política, cultural y periodística recibieron con brazos abiertos a tanto exsaltillense hoy rodeista? En primera fila estaba el alcalde Román Alberto Cepeda con su compañera de vida, Selina Bremer. Cuatro exalcaldes: Heriberto Ramos, Carlos Román, Salvador Jalife y Javier Garza.
Varios directores municipales, entre otros, el de Cultura, Antonio Méndez; Desarrollo Social, Héctor Estrada, y el de Comunicación, Yohan Uribe. Los regidores priistas estaban encabezados por el primer regidor Luis Cuerda con Omar Morales, Miroslava Muñoz, Diego Ontiveros, Doris Salinas, Raúl Garza y Karla Centeno.
Verónica Martínez, diputada federal, así como Felipe González y Olivia Martínez, diputados locales, también dijeron presente. El delegado de Mejora en La Laguna, Hugo Dávila, alzó la mano para alcanzarse a ver. Mientras Manuel Medina suplía la ausencia −de última hora− del rector de la UAdeC, Octavio Pimentel, para fortalecer ese abrazo torreonense a los exsaltillenses. Jorge Abdala, subsecretario de Obras Públicas estatal, y Brenda Guereca, alcaldesa de San Pedro, no podían faltar.
En ese momento, el abrazo a nuestros coterráneos de la capital ya era enorme, pero no estaba completo. Faltaba la inteligencia cultural de Jaime Muñoz, Carlos Castañón y Mary Saldaña, así como la inteligencia mediática del periodista Javier Garza Ramos, de la directora de Milenio Diario Laguna, Paulina Núñez, y de Antonio y Alfonso González-Karg, del Siglo de Torreón.
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Ese abrazo celebratorio entre torreonenses y exsaltillenses arropó las presentaciones de Lalo Olmos y del reconocido escritor Luis Jorge Boone para hacer sobrada justicia a la novela “Ir a La Habana” y a la trayectoria y obra literaria del maestro Padura.
En el brindis posterior sonaba con alegría aquella estrofa del poema “Llegada”, integrado al libro del poeta cubano, Nicolás Guillén: “Sóngoro Cosongo” (1931). “Aquí estamos! La palabra nos viene húmeda de los bosques/ y un sol enérgico nos amanece entre las venas...”.
Porque en Torreón también hace aire (y hasta escultura a la Tolvanera tenemos).