Eres lo que lees, eres lo que escribes...

Durante toda esta semana se lleva a cabo la Feria Internacional del Libro (Coahuila 2022). En ella no sólo se puede ir a comprar libros que enriquecen nuestra cultura, sino que también es una gran ocasión para presentar las principales obras que se producen por nuestra comunidad científica.

Como profesor universitario, la FIL representa siempre un evento especial. Desde hace tiempo me gusta ir a los stands, recorrerlos. Comprar libros es quizás uno de mis buenos vicios. Invertir en libros es apostar en tu crecimiento personal y profesional. La vida, sin embargo, no me alcanza para leer todo lo que quisiera. La biblioteca que he construido durante algunos años es un gran patrimonio. Lo valoro mucho. Tanto que, tarde o temprano, voy a tener que donar todos mis libros para que lo que ha sido una propiedad particular pueda aprovecharse por la comunidad. Cuando la AIDH tenga pronto su biblioteca les propondré mi donación. Será una gran satisfacción personal.

Mientras tanto seguiré leyendo. Ya habrá tiempo de escribir algunas cosas, además de sentencias y votos particulares. Serán pocas. Espero que sean nada más muy puntuales. Hay que saber construir, madurar y matizar las ideas. Escribirlas es el paso final.

En lo personal, los libros que leo son lo que en gran medida me define. No sólo porque leyendo ejercitas la mente para tratar de explicarte la realidad en la que vives. Sino que es la fuente principal de las ideas o conceptos que necesitas para resolver los problemas que enfrentas en tu vida personal o profesional.

Desde que nació la AIDH, Irene y yo tuvimos el sueño de construir una línea editorial que distinguiera a nuestro instituto. Si a los tribunales nos conocen por nuestras sentencias, a los centros académicos se les conoce por sus libros. Hoy la AIDH representa el instituto con mayor producción científica en nuestra universidad. Basta ir a la FIL para darse cuenta que los libros de colores de la AIDH son los que más se compran, los que más se exhiben y los que representan el mejor trabajo académico que se ha hecho para generar conocimiento útil para nuestra sociedad.

Hay escuelas de leyes que, en lugar de producir libros, producen fiestas. Hay otras que, además, producen transgresores de la ley. Pero hay unas que sí se preocupan por hacer su tarea principal: publicar libros que influyan en el pensamiento jurídico de su comunidad. En los buenos libros encontramos los problemas, las respuestas. En los buenos libros encontramos las ideas que transforman a una sociedad.

Hay personas –mediocres– que piensan que los libros son inútiles. Es cierto que hay libros que nunca debieron publicarse. Pero el buen libro es el vehículo fundamental que todas las generaciones utilizamos para transmitir el conocimiento que es útil para la comunidad. El libro documenta las ideas que en un futuro servirán para resolver los problemas.

#LibroAiDH

A los que formamos parte de la AIDH nos da mucho orgullo ver la gran colección editorial que se ha construido en los últimos años. Somos el órgano de nuestra universidad con la mayor publicación en toda la historia. Nuestros estudiantes saben que tienen que leer mucho. Pero tienen la oportunidad de leer a sus profesores que publican con gran calidad académica.

Ahora en el programa de la licenciatura, la directora general nos ha convocado para hacer una nueva línea editorial: los manuales en los que nuestros alumnos y alumnas se apoyarán para seguir sus cursos de cada materia.

Estoy seguro, como siempre, que el cuerpo académico hará un gran trabajo de sistematizar los contenidos de cada materia para que la comunidad estudiantil tenga una mejor comprensión de los diferentes temas que forman parte de su programa educativo.

El liderazgo académico de Irene Spigno nuevamente nos ayudará a consolidar una nueva etapa de libros de la AIDH. Nuestros alumnos y alumnas, seguramente, serán una nueva generación transformadora.

Los #LibrosAIDH serán no sólo útiles para nuestra comunidad; seguramente los van a tener que utilizar en otras escuelas para mejorar sus programas educativos. La presencia de la AIDH será cada vez más relevante en el futuro de la formación profesional del jurista del siglo 21.