¡Extra! ¡Extra! ¡Extra!

Opinión
/ 14 septiembre 2022
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Suena el pregón de Antonio Martínez “La Bola”, voceador de voceadores. Su voz inunda con sonoridad y gracia la calles Victoria y Padre Flores, mientras ondea el periódico por todo lo alto y resume las noticias del día a peatones y automovilistas que pasan por ahí.

¡Extra! ¡Extra! ¡Extra! De caerse la alianza Va por México, “Amlito” Moreno y Rubén Moreira pasarán a ocupar un lugar privilegiado en el basurero de la historia. Prefirieron salvar su pellejo y poner en riesgo las elecciones de 2023 y 2024. A estos “papuchos” les valió “mauser” el futuro país.

¡Extra! ¡Extra! ¡Extra! Si el PRI nacional rompe la alianza Va por México que incluye al PAN y al PRD, el PRI Coahuila mantendría dicha coalición –de facto– a nivel estatal. El PAN cogobernaría con el PRI, pero afirmaría su tercer lugar en el espectro estatal.

¡Extra! ¡Extra! ¡Extra! Coahuila tendrá que rascarse con sus propias uñas para ganar –aunque con apuros– las elecciones en 2023. ¿O qué puede aportarle a Coahuila un PRI nacional perdedor, indisciplinado y fracturado? ¿Qué puede abonarle un PRI nacional con una militancia menguada en un 80 por ciento y sin horizontalidad porque todo lo decide la verticalidad autoritaria de “Alito” y Rubén? ¿Qué puede acreditarle un PRI nacional sin identidad, sin discurso, sin candidato para 2024 y, sobre todo, sin dinero?

¡Extra! ¡Extra! ¡Extra! Coahuila posee fortalezas propias para enfrentar y ganar –por tres pelos– las elecciones de 2023; pero aún depende de la cúpula nacional priista para resolver un tema crucial: mantener ante la Sala Superior del Trife el criterio central de paridad de género emitido por el INE, es decir, el “postular al menos a una mujer en las candidaturas de gubernaturas para las elecciones de Coahuila y Estado de México en 2023”.

¡Extra! ¡Extra! ¡Extra! Unos colonos sobre excitados pretendieron subir a la rueda de la fortuna al gobernador Miguel Riquelme. Hace ocho días, en presentación de la tarjeta “La Mera-Mera Mejorada”, ellos “lo aclamaron de pie con estas palabras: ¡Riquelme!, ¡Riquelme! ¡Riquelme para presidente!”.

Con ambos pies en la tierra, porque astrológicamente es su elemento, Riquelme les respondió: “No ando volao ni emocionao con lo que me gritó acá mi compadre, yo aspiro a terminar mi gobierno y terminarlo bien”.

La aterrizada inteligencia política de Miguel es lógica: si él no deja un sucesor del PRI en la gubernatura de Coahuila, sus opciones para ser presidente del PRI Nacional o candidato a la Presidencia de la República se reducirían de manera estratosférica. Es más, ni siquiera pudiera ser el puente o mediador entre las distintas fracciones del PRI para relanzarlo o, en el mejor de los casos, refundarlo.

Por estas razones y sin sentimentalismos de por medio, Riquelme defenderá Coahuila contra un enemigo formidable, porque está jugándose su futuro personal, el de su partido y quizá, hasta el de un México, en este momento, difícil de imaginar.

Nota: El autor es director general del ICAI. Sus puntos de vista no representan los de la institución.

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