Festejos decembrinos y los riesgos para la salud personal
El cuidado de la salud, que suele ser un ‘propósito de año nuevo’ debería ser adelantado por las personas e iniciarse en diciembre, cuando la dieta de fin de año nos afecta más
El cuidado de la salud, nunca está de más reiterarlo, es ante todo una responsabilidad individual. Lo anterior es particularmente cierto cuando hablamos de la salud preventiva, es decir, de todas aquellas acciones que nosotros podemos –y debemos– llevar a cabo para disminuir el riesgo de desarrollar enfermedades.
Y todavía lo es más en el caso de quienes acusan precondiciones que les hacen más propensos al desarrollo de enfermedades degenerativas, como cardiopatías o diabetes. Quienes se encuentran en dicha circunstancia deben ser aún más disciplinados en el cuidado de su salud.
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Las autoridades sanitarias también juegan un papel relevante en este proceso, desde luego. Y ese es el de realizar campañas preventivas que persuadan a todas las personas a actuar de forma que no añadan a sus circunstancias personales nuevas o mayores condiciones de riesgo.
El comentario viene al caso a propósito del reporte que publicamos en esta edición, relativo a las alarmantes cifras que revela el reporte epidemiológico de la Secretaría de Salud, correspondiente a la semana 45 del año, en relación con la incidencia de nuevos casos de diabetes e hipertensión en Coahuila.
El dato debería generar reacciones que vayan mucho más allá de simplemente reforzar las campañas preventivas: en lo que va del año, las instancias de salud han diagnosticado en nuestra entidad casi 19 mil nuevos casos de diabetes y más de 23 mil de hipertensión. Estamos hablando de una cifra superior a 400 diagnósticos por semana, en el primero de los casos; y arriba de 500 en el segundo.
La altísima incidencia de estos problemas de salud habla, entre otras cosas, de malos hábitos alimenticios y de una muy escasa actividad física, dos elementos que ayudan de forma importante a reducir el riesgo de desarrollar este tipo de enfermedades.
Y, al iniciar el último mes del año, periodo en el cual la dieta del mexicano suele caracterizarse por una ingesta mayor, además de ser rica en alimentos con altos contenidos de carbohidratos, grasas y azúcares, resulta aún más importante advertir de los riesgos que ello implica para la salud.
No es solamente la temporada de fin de año el momento en el cual debemos ser cuidadosos con la ingesta de alimentos hipercalóricos, pero la experiencia indica que las fiestas decembrinas nos empujan de manera particular a ganar algunos kilos extra.
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Así pues, además de que en los propósitos de año nuevo pueda figurar la intención de modificar la dieta personal y hacer ejercicio, valdrá la pena que hagamos un propósito “anticipado” en términos del cuidado de nuestra salud que se traduzca en moderarnos durante las fiestas decembrinas.
Nunca se insistirá lo suficiente en cuál debe ser el incentivo fundamental para tomar una decisión en este sentido: se trata de mejorar nuestra calidad de vida, algo que resulta incrementalmente relevante conforme vamos ganando edad.