Fraternidad migrante

Opinión
/ 22 septiembre 2024

El anuncio reciente de la Reserva Federal de un recorte en su tasa de 50 puntos base es agresivo y responde a la desaceleración de su economía y a los indicadores de desempleo en los Estados Unidos. Esto afectará probablemente a los 12 millones de indocumentados mexicanos que viven en ese país, pero seguramente afectará también su permanencia y el monto de las remesas que envían a sus familias en México.

Tales migrantes están allá con la esperanza de “arreglar” sus documentos como inmigrantes legales mientras que viven un día a día lleno de inseguridad, pues no saben en qué momento pudieran ser deportados.

TE PUEDE INTERESAR: La bioculturalidad: Biología y cultura, una mancuerna en pro del planeta y la humanidad

A principios de los años noventa del siglo pasado, conviví con muchos michoacanos en el área de la Bahía de San Francisco, California, y observé la gran fraternidad que había entre ellos y su cercanía con abogados que pudieran defenderlos. De hecho, viven más michoacanos fuera de Michoacán que en la entidad federativa en la que nacieron. La lejanía de su patria los inspira para cuidarse unos con otros, sobre todo si son de reciente ingreso a la Unión Americana. Conocí a un héroe que apoyaba a migrantes mexicanos en programas de radio que dirigía.

Aristeo Hernández es una de las personas más interesantes con las que he convivido. Era michoacano casado con una mujer de su misma región y, dado que organizaba eventos con grupos musicales de México, conocía a mucha gente que, como él en su momento, había atravesado el Río Bravo. Influía mucho en California y era amigo personal del afamado grupo de “Los Tigres del Norte”. Además, contaba con algunas joyerías de las que era gerente su mujer.

Esa fraternidad entre mexicanos la he observado en una asociación civil binacional que tiene el nombre de Fuerza Migrante, cuyo presidente es don Jaime Lucero, quien sostiene la tesis de que la educación puede hacer la gran diferencia en el empoderamiento de los migrantes mexicanos. En su caso culminó con su enseñanza secundaria, pero las estadísticas sitúan en el cuarto grado de primaria a sus connacionales radicados en Estados Unidos.

En la gestión de Obama se deportaron a millones de mexicanos, si llegara al poder Kamala Harris podría seguir esta tendencia de su correligionario de partido político, más aún por el desempleo que empieza a campear entre los estadounidenses. Y no habrá la posibilidad que ni atendiendo los derechos humanos elementales se queden todos los migrantes mexicanos, aunque hayan pagado fortunas para su traslado por los pillos que hacen negocio con ellos y con los que algunas veces conservan altas deudas.

TE PUEDE INTERESAR: Cruzaron México más de 13 millones de migrantes durante sexenio de AMLO

Pero en la lejanía de la familia y de lo que es propio, se desarrollan sentimientos de integración realmente sólidos, lo que hace más llevadera la espera. Pocos migrantes ya iniciaron los trámites legales apoyándose en familiares que ya radican de manera legal en la Unión Americana, pero deben esperar años antes de que se resuelva a su favor su legalización.

Ayer viví un acto de fraternidad en tierras mexicanas porque luego de 45 años volví a ver a exalumnos de secundaria, cada uno de ellos con historias de trabajo, con sus familias integradas y esperando su jubilación. Los observé y me emocionó el trato que se ofrecieron porque muchos de ellos se dejaron de frecuentar hace décadas. El poder de las historias en común me hace pensar que la amistad existe. Espero que los migrantes mexicanos sepan organizarse ante las vicisitudes que les esperan.

COMENTARIOS

NUESTRO CONTENIDO PREMIUM