Gen Z, la Generación quebradiza
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La Generación Z, nacida entre los años 2000 y 2015, son personas de entre aproximadamente 9 y 24 años y presentan una mayor cantidad de problemas emocionales y ejecutivos. Es el grupo social más pobre en su salud mental que cualquier generación anterior, según un reciente informe de Gallup and Walton Family Foundation en Estados Unidos. Según algunos expertos en la salud mental, la Generación Z se enfrenta un mundo incierto y amenazante que les provoca profundos miedos y ansiedades. El choque de tendencias políticas, económicas, tecnológicas, familiares y sociales ha creado una generación que lucha fuertemente en el presente e inseguro sobre el futuro. Según el estudio de Gallup and Walton, sólo el 44 por ciento de los Gen Z dicen sentirse preparados para el futuro.
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Es una generación que ha tenido avances en la disminución en tasas de embarazos entre los adolescentes, pero está lidiando con tasas alarmantes de soledad, depresión, estrés, ansiedad y pensamientos suicidas. Es una generación que socializa, la mayor parte del tiempo, en línea, en lugar de en persona. Esto no es saludable e incrementa sentimientos de aislamiento y presión de aprobación y aceptación grupal. Pasar tiempo con la gente (cara-cara) libera ciertas sustancias químicas en el cerebro, como la oxitocina y serotonina, y aumenta nuestro estado de ánimo. Esto no ocurre de la misma manera cuando están enviando mensajes de texto.
En un estudio publicado el año pasado (2023) por la Dra. Maria Maza, titulado Association of Habitual Checking Behaviors on Social Media With Longitudinal Functional Brain Development, y aplicado a 169 estudiantes de sexto y séptimo grado, encontraron que en los estudiantes que revisaban sus redes sociales más regularmente, la amígdala de su cerebro −la parte que regula la emoción− era muy sensible a ver físicamente los gustos, disgustos y emojis que estas aplicaciones te arrojan. Si los adolescentes eran expuestos a 3 redes sociales, como Instagram, WhatsApp y TikTok, presentaban más cambios en su desarrollo funcional del cerebro, provocando emociones más intensas y alto de riesgo de sufrir ansiedad, baja autoestima y sentimientos de soledad.
Si nuestros hijos están expuestos a las redes sociales presentan conductas de comparación en su imagen corporal o momentos placenteros que sus amigos están disfrutando y ellos no, o trayectorias de éxito que no tienen. También incrementan sus sentimientos de insuficiencia y baja autoestima, y alimentan el pesimismo de la generación Z. Un estudio de la Universidad Estatal de Montclair encontró que la Generación Z percibe el mundo como más peligroso que otras generaciones. Es más probable que sientan ansiedad por el cambio climático o que no tienen las capacidades suficientes para enfrentar solos su realidad y futuro. Muy probablemente el surgimiento de la Inteligencia Artificial representa una amenaza existencial para empleos y carreras que apenas han comenzado.
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La mayoría de esta generación contempla depender más tiempo de sus padres que las generaciones anteriores, tienen una gran presión para formar una familia o ser propietarios de su propia casa. Estos temores provocan en muchos de ellos crisis de ansiedad, no solamente por el futuro difícil que les depara, sino que además sienten que no son capaces de enfrentar los desafíos y vencerlos.
Papás, tenemos un gran trabajo en nuestros hijos. Formemos hijos con resiliencia, que sean capaces de enfrentar con valor sus desafíos y superarlos con esfuerzo y perseverancia a pesar de las adversidades.