Poco importa el veredicto final del juicio de Genaro García Luna, todo indica que la imagen de quien fuera secretario de Seguridad Pública entre 2006 a 2012, así como la de su jefe, el expresidente Felipe Calderón Hinojosa, quedarán irremediablemente manchadas y ligadas al Cártel de Sinaloa, como uno de los ejemplos más notables de corrupción pública.
Por años, Felipe Calderón ha sido señalado por el incremento en la violencia que hubo en su sexenio, muchos mexicanos lo culpan de haber generado muertes debido a su insistencia de combatir de manera frontal al crimen organizado, pero hasta ahora le había quedado el argumento de que lo había hecho con la mejor intención, que buscaba frenar la infiltración de los cárteles. Sin embargo, ahora siempre habrá dudas sobre si todo el actuar de su Gobierno en realidad tuvo un sesgo para favorecer al Cártel de Sinaloa.
Y es que, aunque los señalamientos no fueron tan directos en contra de Calderón en los testimonios del juicio de Genaro García Luna, sí existen dos declaraciones que lo raspan y dejan un halo de sospechas.
La primera fue la declaración de Sergio Villarreal Barragán, que declaró que Genaro García Luna ya se encontraba en la nómina del Cártel de Sinaloa desde el sexenio de Vicente Fox y que él estuvo presente cuando se le hizo entrega de dinero. Por lo que, al momento de ser nombrado por Felipe Calderón secretario de Seguridad Pública, ya era un funcionario corrupto que no fue detectado por los reportes de inteligencia que se le entregaron al mandatario o, peor aún, sabiendo de su complicidad lo designó a tan alto cargo.
Y la segunda es la del exfiscal de Nayarit, Édgar Veytia, quien señaló que en una ocasión el exgobernador de Nayarit, Ney González, le dijo que Genaro García Luna y el presidente Felipe Calderón le habían comentado que debían proteger al Cártel de Sinaloa en lugar de a los Beltrán Leyva. En este caso ya hay un señalamiento hacia el exmandatario, aunque quien lo narra no fue testigo de primera mano, pero al menos se generan dudas al respecto.
Lo anterior abre muchas interrogantes: ¿el presidente Felipe Calderón sabía de las acciones de Genaro García Luna? ¿Era cómplice también? ¿Recibió dinero del crimen organizado? ¿Comenzó una espiral de violencia para favorecer a los intereses del Cártel de Sinaloa? ¿Cuántos funcionarios de su Gobierno estuvieron involucrados? ¿En caso de que diga que nunca supo, no habla eso de incompetencia de su parte?
Lo peor para Felipe es que aunque muchas preguntas de estas queden sin respuesta, muchos mexicanos harán conjeturas y las mismas no serán amables, ya que para la historia su Gobierno quedará como aquel que se vendió al narco y ello provocó miles de muertes y la intranquilidad de muchas zonas del país.
Es decir, será un estigma del que no se podrá deshacer o una marca que no podrá borrar, que cercenará su carrera política y la de sus allegados.
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