Índice de suicidios pospandemia; los hombres, las mayores víctimas, ¿por qué?
Estoy impactado con todas las secuelas que nos ha dejado la pandemia en sus dos años de duración. Sus consecuencias han afectado todos los ámbitos de nuestra vida: familia, escuela, trabajo, amistades, recreación y sociedad. Uno de los grandes efectos negativos es el gran rezago educativo en nuestros hijos y un retroceso de casi 3 años de aprendizaje. Enseguida la explosión de una gran cantidad de problemas de salud mental como ansiedad, estrés, soledad, baja autoestima, depresión, conductas impulsivas y desafiantes, baja tolerancia a las frustraciones, pérdida de sentido de vida, carencia de esfuerzo, así como incremento de adicciones, como el alcohol, mariguana, videojuegos, redes sociales, nicotina y pornografía y pensamientos suicidas. Uno de los puntos que me gustaría platicar con ustedes es el alto índice de suicidios pospandemia entre adolescentes y jóvenes, especialmente los hombres. La pregunta que me surge es: ¿por qué el hombre lo hace y la mujer lo piensa más?
Los estudios y datos son claros, los hombres son mucho más propensos que las mujeres a suicidarse. Esta tendencia es constante en todas las naciones del mundo. No hay excepciones. La tendencia constante en todo el mundo desarrollado: 4 hombres por cada mujer. Otro dato que me llama la atención es que de 100 intentos de mujeres para cometer suicidio, sólo una mujer tiene éxito. En cambio, los hombres, de 25 intentos, 4 habrán tenido éxito. En otras palabras, de cada 6 intentos que el hombre realiza, uno tiene éxito. Las investigaciones nos dicen que la mujer piensa e intenta más suicidarse que el hombre, pero él lo realiza. ¿Por qué?
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Existen tres razones por las cuales el hombre lo hace:
1. La mujer tiene un filtro emocional y de autorregulación más desarrollado que el hombre. La mujer envía su pensamiento suicida en primer lugar al lóbulo frontal que controla las emociones, elige bien las metas, anticipa las consecuencias de sus acciones, toma conciencia de las repercusiones emocionales en sus familiares y amigos, y toma las mejores decisiones. Entonces, detiene la acción. En otras palabras, la mujer, el impulso destructivo que surge en su mente lo revisa a través del filtro y es capaz de frenar la acción suicida. En cambio, el hombre pasa de sus impulsos directamente a la acción. El hombre es más fácil accionar ante un impulso. Por ello, los hombres siempre están en un alto riesgo de tomar malas decisiones.
2. Consumo de drogas y alcohol. Generalmente, el hombre tiene mayor predisposición de sanar sus heridas emocionales consumiendo alcohol. Las bebidas alcohólicas aumentan rápidamente conductas agresivas, explosivas e impulsivas.
3. Los hombres son mejores matándose. El hombre que decide quitarse la vida utiliza procedimientos más efectivos para terminar con su vida. Los hombres son terriblemente más competentes en cometer suicidio que las mujeres.
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En todas las naciones, los hombres no sólo son más propensos a usar métodos más violentos y mortales cuando intentan suicidarse, también son más propensos a tener éxito con cualquier método que estén usando. Eso significa que si un hombre intenta suicidarse, es más probable que tenga éxito. Esto significa sorprendentemente −si los datos son exactos− que los hombres tienen 17 veces más probabilidades de tener éxito en cometer suicidio que las mujeres. ¡17 veces!
Para decirlo sin rodeos, quizás es porque las mujeres han evolucionado para pedir ayuda cuando están en peligro, pero los hombres han evolucionado para ser la ayuda. La realidad es que las mujeres probablemente han evolucionado para mostrar mejor que necesitan ayuda. Enseñemos a nuestros hijos a pedir ayuda cuando sienten que el mundo se está cayendo arriba de ellos y que existen otras opciones para solucionar sus problemas y no solamente el suicidio. Ayudemos a los hombres a identificar sus emociones y enseñarles cómo canalizar saludablemente los sentimientos destructivos que los empujen a terminar con su existencia.