Kairós: es tiempo de mujeres
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Hace tiempo, en un encuentro de magistradas electorales que se celebró en la ciudad de Oaxaca, tuve la oportunidad de escuchar una charla que comenzó explicando qué es el Kairós y la importancia de este “tiempo de mujeres”.
Al referirnos a él, hablamos del tiempo que en la mitología griega es representado como un joven con exquisita belleza, cabello ondulado cayendo sobre la frente, al que se retrata con una balanza y una guadaña; la primera representa la justicia en el momento preciso y la segunda, la fugacidad del tiempo.
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Esta representación del ser divino Kairós implica la fuerza imparable, la ocasión y el momento oportuno, desafiando la noción del destino predestinado, encarna el momento perfecto, donde se cruzan la preparación y la fortuna, es la captura de ese punto fugaz en el que las decisiones y acciones encuentran resonancia para la materialización de las aspiraciones humanas, por lo que es indispensable estar preparado, pues la oportunidad puede perderse para siempre.
A diferencia de Chronos, que es la medida lineal y cuantitativa del tiempo, el flujo medible y continuo que rige el universo, Kairós es singular y cualitativo, el momento oportuno que surge de forma impredecible e irrepetible.
Mejor concepto para los momentos que surgen con la elección de la candidatura del Partido Demócrata tras el anuncio de la renuncia de Joe Biden a su aspiración de reelección, con el consecuente respaldo a la vicepresidenta Kamala Harris, pues pareciera, como se nos manifestó en aquel encuentro, que estamos en el Kairós de las mujeres.
No cabe duda de que, con independencia del resultado de las primarias, los perfiles favoritos para contender en las elecciones presidenciales que se han señalado en los medios de comunicación son de mujeres: Kamala Harris, Michelle Obama, Nancy Pelosi, quien recientemente manifestó su apoyo a Kamala.
Pero lo que no debemos perder de vista es que los perfiles de las favoritas rompen con el esquema del hombre blanco, privilegiado, pues se trata de mujeres, afroamericanas, abogadas que, de alguna manera, han estado involucradas en luchas de los menos favorecidos y han sido líderes reconocidas en el “país de las oportunidades”.
Mucho se comentó respecto al tiempo de mujeres en el reciente proceso electoral en México, al haber tenido por primera vez en la historia a dos mujeres como favoritas contendiendo por la Presidencia de la República y, también por primera vez, una mujer electa que ocupará la titularidad del Poder Ejecutivo.
La participación política de las mujeres en términos de igualdad ha sido un sinuoso camino que ha llevado décadas construir, tanto en órganos colegiados como en cargos unipersonales; además, en la experiencia en el ejercicio del poder y el aprendizaje sobre cómo hacerlo, nuestros compañeros varones nos llevan siglos de ventaja, porque la llegada de mujeres a estos cargos es muy reciente.
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Aún nos falta mucho para alcanzar la igualdad sustantiva, sin embargo, estos avances son pasos importantes pues, como señaló Michelle Bachelet, “cuando una mujer entra en política, la mujer cambia; cuando muchas mujeres entran en política, cambia la política”.
Sin importar los resultados de las primarias o de la elección misma, hoy estamos ante la posibilidad de que una mujer contienda a la Presidencia de los Estados Unidos, como ya ocurrió en nuestro país y es, precisamente, en estas experiencias en las que podemos reconocer la llegada del Kairós, como el momento, el instante de la oportunidad que nos obliga a tomar acciones, que trascienden a la medida lineal del tiempo y nos convoca a aprovechar las oportunidades irrepetibles que se nos presentan para cambiar la forma de hacer política, la cual no debemos desaprovechar.
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