La buena gobernanza en beneficio de la Sierra Tarahumara

Opinión
/ 25 agosto 2024

Todo cuenta cuando se trata de ejercer el bien común. Eso lo acabo de constatar en una degustación de los platillos que se ofrecerán el 6 de septiembre en una cena de gala para obtener fondos económicos que apoyarán el inicio de los trabajos de turismo comunitario en la comunidad de Ciénega de Norogachi, municipio de Guachochi, en la Sierra Tarahumara; un esfuerzo compartido por descendientes de migrantes.

Las corrientes migratorias fueron frecuentes en el territorio que comprenden los estados de Chihuahua, Coahuila y Nuevo León. No se diga en la llamada Comarca Lagunera, en la que hubo inmigración de extranjeros de distintas nacionalidades, predominando españoles, alemanes, árabes y chinos (estos últimos casi fueron exterminados). Una de estas corrientes migratorias dentro de la región que alberga parte del noreste mexicano y Chihuahua fue y sigue siendo la de los rarámuris. Algunos mestizos los asocian con gente pedigüeña y poco trabajadora: no son lo uno, ni lo otro.

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Les comparto que me sorprendió gratamente que el actual presidente municipal de Guachochi es el rarámuri Alejandro Hernández, quien por cierto fue invitado como alcalde suplente por Pepe Yáñez, quien se reeligió para el próximo trienio. Esta situación había sido inédita en municipios con población tarahumara. Otro elemento importante por destacar es que la asociación civil Nátika, a la que se dirigirán los fondos económicos que se obtengan en la cena de gala antes mencionada, es una fundación rarámuri que preside la siriame (gobernadora tradicional) María Luisa Bustillos Gardea.

Sigue siendo difícil para los mestizos de la región comprender que hay rarámuris con iniciativas propias, pero como bien lo expuso doña María Luisa Bustillos en la rueda de prensa del pasado martes, los rarámuris son el pueblo originario de Chihuahua y deben ser respetados como los dueños ancestrales del territorio.

La buena gobernanza no es frecuente en América Latina, pero debo decir que en el caso de la organización de la multicitada cena están coparticipando secretarías del gabinete estatal, las autoridades locales de Guachochi, las autoridades tradicionales de Ciénega de Norogachi, empresas del sector privado, la UTCH, la Universidad Tecnológica de la Tarahumara y la URN, coordinándose sus estudiantes de gastronomía con las cocineras tradicionales de Ciénega de Norogachi bajo la supervisión de la chef Alma Rosa Beltrán del Río, magnífico ser humano y famosa profesional de la alta cocina.

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Los platillos, incluyendo el primero y el cuarto tiempo podrán marinarse con vinos rosado y tinto que se producen en Chihuahua, además del popular sotol mezclado finamente con durazno y canela que se ofrecerá a los comensales al inicio de la cena para ir preparando la gran experiencia culinaria (vaya que lo será).

Los insumos de la cena son de los que se producen en la milpa chihuahuense: calabaza, papas, quelites, chiles chilaca, epazote, orégano y, por supuesto, maíz y frijol. Los carnés para esta cena, que tendrá verificativo en el hermoso patio central del Palacio de Gobierno del Estado, están vendiéndose entre el empresariado, los académicos y representantes de organizaciones de la sociedad civil. Se tendrá la presencia de la Canacintra nacional y de las delegaciones de esta cámara en las ciudades de Chihuahua, Ciudad Juárez, Delicias y Cuauhtémoc, Nuevo Casas Grandes y Parral. Atestiguar una buena gobernanza es algo importante, pero ser parte de ella es una vivencia memorable. En México podemos ponernos de acuerdo para el ejercicio del bien común.

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