La caída como forma de existencia

Opinión
/ 23 abril 2024

Todo está cayendo.

Construcciones en todo el planeta: edificaciones, muros y monumentos sólo están sosteniendo materia en su caída. Sólo la hacen lenta, avizorando un futuro desplome, desmoronamiento, derrumbe, ruina.

Toda corriente de agua, toda avalancha, es sólo el caer del agua hacia su ínfimo nivel, hacia las honduras oceánicas. El esqueleto cae hasta convertirse en restos, en fósiles cada vez más enterrados.

TE PUEDE INTERESAR: Errores superados por aciertos superables

La gravitación atrae, llama, jala todo y la respuesta de todo es pesar. Engaña el vapor que parece pesar hacia el cielo, pero es sólo para formar la nube que caerá después como lluvia. Los pasos y las carreras son sólo apoyos y pausas en el viaje del organismo vivo hacia al centro que lo reclama.

La lava es disparada por el cráter desde el abismo volcánico sólo para convertirse en erupción que se precipita hacia el valle por el resbaladero de la tierra estremecida. El aleteo del ave que rectifica rumbo y acelera velocidad, también se apoya en el viento y mantiene planeación o resistencia a lo que será siempre un aterrizaje.

TIEMPO Y ÉPOCAS EN CAÍDA LIBRE

El presente es una constante caída del acontecimiento en el abismo del pasado. El instante, que viene del futuro, ya trae su descenso, a su paso por el aquí y el ahora, en el que siempre hay un “hola” y un “adiós”, como saludo de la bienvenida a la despedida.

Los astrónomos se preguntan si no vivimos en un universo en caída en que las galaxias aceleran su velocidad hacia un abismo sin fondo. La fuerza de gravedad es centrípeta y nos defiende de la fuerza centrífuga que nos desconectaría de la base que nos da estabilidad temporal.

TE PUEDE INTERESAR: La descartada victoria de la paz en medio oriente

Nos admiran los equilibristas y los saltimbanquis, los trapecistas y hasta los clavadistas que hermosean con artísticas contorsiones, giros y maromas, su olímpico y silencioso caer, penetrando en la piscina de su triunfo.

En la historia son sucesivas o simultáneas las destrucciones y las construcciones, las decadencias y los auges de realización. Se observan las cumbres de paz y prosperidad y los derrumbes bélicos generadores de indigencia.

Sólo el espíritu adivina y llega a creer, con alegre esperanza, la victoria de la resurrección por la Pascua de Cristo y la germinación de lo eterno, en el surco envejecido de lo temporal.

SEQUÍAS E INUNDACIONES

Sólo la tecnología podrá solucionar el problema de la sed.

Rodeados de agua salada de mar, puede un país estar sediento por escasez de agua dulce debido a la mala distribución del líquido elemento vital.

Un sureste inundado y un norte en sequía. La desalinización del agua de mar hará potable el agua, ahora que permanece sin corrupción gracias a la sal. Los entubamientos y acueductos del agua potable se convierten, acá, en “huachicoles” crecientes y en despilfarros y fugas permanentes. Reciclar el agua y desalinizarla será poner, desde la abundancia, una suficiencia en donde se sufría la carencia.

MESES DE REPARACIÓN

Después de un abril de sudar y tiritar, de ventilador y refrigeración, se viene un mayo maternal y un junio electoral.

En la campaña se ha mentado, ya numerosas veces, el nombre del ser querido. Esperemos que las mentadas se conviertan −en mayo− de insultos a indultos, de dardos a claveles, preparando elecciones fraternas y no salvajes. Que trabajadores, militares, madres, maestros y estudiantes, en sus celebraciones de mayo, preparen un ambiente civilizado para colmar, humanizadamente, las urnas de junio...

COMENTARIOS

NUESTRO CONTENIDO PREMIUM