La cicatrices, el miedo, la aceptación y el amor. ¿Cómo es una cicatriz que se ha sanado por amor?
COMPARTIR
“When wounds are healed by love, the scars are beautiful.” Traducción: Cuando las heridas son sanadas por amor, las cicatrices son bellas. Cierto es. Lo escribió David Bowles. No sé nada de él, pero esta declaración me resonó en cada cicatriz, cada cana, cada arruga y cada padecimiento. Y me da un claro camino a seguir.
No significa que necesito que alguien, o muchos alguienes, me ame. No creo en el amor de esa manera, aunque eso sería consecuencia natural de lo que sí creo. Creo que fomentar y construir un ambiente amoroso internamente (tanto en mis instintos, mis emociones y mis pensamientos) es lo que llevará a que mis cicatrices sean bellas.
Hay cicatrices que son fomentadas en amargura y rabia. Las heridas se han quedado en espacios de frustración y sin aceptación. Ah, sí. Ya tengo la herida. Ya está la cicatriz. La aceptación es necesaria. No acepto que aquello que me pasó sea bueno, ni me pondré a que me vuelva a suceder. Pero si ya sucedió, eso tendré que aceptar...¿o no? ¿Cómo podría pretender borrar algo que ya ocurrió? Entonces, tal vez la propuesta sería integrar esa cicatriz a mí.
Estoy hablando de pérdidas, de maltratos, de críticas, de abandonos, de traiciones. No estoy hablando de ponerme para que me vuelvan a suceder, pero tampoco puedo garantizar que me pueda quitar. Y te diré un secreto. También seré la causante de algunas cicatrices en otras personas. Sin remedio. Sucederá. Y ha sucedido.
¿Cómo puedo hacer que mis cicatrices sean bellas? ¿Cómo puedo sanarlas con amor? Me invito a echarme un clavado a lo que significa el amor para mí. No “amar”. No aquello parcializado y empobrecido que creo que se da y se recibe. Eso no me ayudará. Es meterme a lo más profundo de mí para aprender a resonar en una actitud amorosa frente a la vida. Un buen comienzo podría ser el libro “Del miedo al amor” de Eva Pierrakos. Luego me cuentas.