La cocina abrazadora del invierno
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No sé ustedes pero yo he disfrutado muchísimo este invierno. Sin lluvias, envuelta en ropa calientita, cobijas que te invitan a dormir más de lo normal. Como la naturaleza es sabia, nos da siempre lo que el cuerpo necesita y el corazón también.
Empecemos por los ponches de frutas. Con alto contenido de vitamina C. Las manzanas que aún podemos comprar de la sierra, con caña, jamaica, tejocotes, tamarindo, mandarinas y unas guayaba.
¡La canelita! ¡Los atoles y champurrados! Este clásico contemporáneo champurrado de galleta María. En San Luis Potosí el atole de teja, en Matehuala un atole de mezquite, en San Miguel de Allende de mazapán o cacahuete, el atole blanco michoacano; en Querétaro existe un corredor de atoles y tamales exquisito. Saltillo no será la excepción con atoles y champurrados de nuez, de chocolate y cajeta.
El panecito caliente. Panaderías como La Crema, El Radio, La Casita del Pan le pienso abrigo y gorro a su tradicional panadería que abriga tan bonito este clima, que se me hace amoroso, ensabanable, familiar.
¡Los caldos! De res, de rabo, de pollo, de mariscos, de verduras, pozole. Cada quién en su versión, con manzana un delicioso caldo de res , con camote o membrillo, uno de colita de res con grados de pozole y epazote. Tlalpeño o una buena cazuela de mariscos.
¿Una sopa de papa con tocino? Mi abuela les decía potajes. Una sopa de milpa con rajitas de poblano y maíz, calabacitas y acelgas. La gastronomía nos cobija, nos abraza y si tú crees que siempre debemos tomar café de tal o cual linaje, tómese un café hervido estilo ejidal de ESE, que su tostado perfuma todo el primer cuadro de la ciudad. Además de este emblemático molino de café ubicado en Perez Treviño, donde les aseguro harán una gran mezcla. Además también podrán comprar un queso molido de los ejidos más cercanos, flores de calabaza en temporada, quesos de tuna, queso de chiva, huitlacoche etc .
Y hablemos de tamales recalentados o recién salidos. ¿Ha visto usted estas sensacionales estufas hechas con un rin? Cuántos ranchos no ponen a calentar la casita con leña y ahí ponen el jarro de café y los tamalitos pa’l recalentado. Con un pan de acero y nata de verdad.
La tortilla de harina recién hecha, con mantequilla y la mermelada elaborada en mayo de la cosecha serrana. Con un atole o café.
¡Los tes! De yerbanis, laurel, cáscara de naranja, la hierba de zorrillo para la tos. Con miel de los apiarios cercanos. Miel de mezquite o de floración.
En el invierno el calor lo pones tú y tu magia, tu don de darle calor a dónde sientas frío.
Además de tu sarape saltillense, la leña, un libro, una caminata por el Centro Histórico y comprar esos memorables churros callejeros. ¿Alguien recuerda al señor de la canasta con bolsitas de churros que se ponía en la calle de Allende? Entacuchado como lo marcan las líneas fieles del servicio: Chaleco negro, camisa blanca, pantalón negro y zapatos de charol bien lustrados, además de su leontina.
Abracemos esta bella temporada con caldos, atoles, cafecito, pan, tamalitos y otras gusguerias para el alma.