La democracia y la demagogia del régimen

Opinión
/ 18 agosto 2022

Los mexicanos creemos que en nuestro país estamos viviendo una democracia cuyo sistema de gobierno permite que los ciudadanos expresen sus puntos de vista y que la autoridad los respete ponderando sus virtudes, ya que dentro de la sustancia de lo que es una democracia las opiniones deben ser escuchadas y respetadas sin importar las variantes que identifican a los habitantes sin oponer condiciones que la demeriten.

Estas palabras me sirven para puntualizar que nuestra nación todavía sigue alejada de una verdadera democracia que empezaba a identificarse, de manera que nuestra vida política se enriqueciera y viviéramos aceptando y respetando las opiniones de los demás.

Nuestra patria ha ido perdiendo lo que íbamos ganando construyendo caminos democráticos que erradicaran las imposiciones de nuestros gobernantes, pues al llegar tenían dentro de sus objetivos, además del poder la mira de medrar, sino mire usted ahora, en este gobierno, cómo se van diluyendo nuestros impuestos regalándolos en acciones mercantilistas de compra-venta de votos, a fin de que el tipo de gobierno perdure en el poder durante muchos años más.

Eso por lo que se refiere a la dispersión del dinero por parte del Gobierno federal, pero por lo que toca a la actuación del Presidente, es la única voz que se escucha y de donde emana un absolutismo sin que nada se mueva sin su voluntad y que cotidianamente sin miramientos, estropea a ciudadanos, empresas, organismos autónomos, periodistas, etcétera, lo que nos pone en una cuerda floja frente al país y otras naciones, y lo más grave, por encima de leyes incluso de la propia Constitución federal, mientras uno de los contrapesos, concretamente el Poder Judicial, juega un papel obsecuente que sólo cumple con los designios salidos de Palacio Nacional, y desde luego el otro poder, el Legislativo, cuyas curules están ocupadas por diputados que emulan a los pacientes que aguardan en la sala de espera de un médico famoso, y suscritos al total sometimiento de los dictados del especialista como si fueran autómatas.

Esa no es la democracia que México demanda, esa es una demagogia pura basada en vicios y trampas que se hace acompañar de un pragmatismo y una autocracia que la población ha permitido en estos cuatro años de la administración federal, en la que hemos vivido a diario en medio de patrañas y ambigüedades con la pérdida lastimosa del tiempo, y que aunque usted no lo crea todavía existen personas con carencia de neuronas que los hace emocionarse con la vaguedad de sus ocurrencias.

Estamos a un poco menos de dos años de las elecciones presidenciales por lo que debemos analizar con seriedad que de ahí dependerá el rumbo del país, pues de seguir Morena en el poder bajaremos con rapidez al hoyo con ideas por demás fuera de un camino que muestre avance, ya que en estos cuatro años que lleva la presente administración federal el crecimiento ha sido mediocre y no porque existan agentes exógenos.

¿Qué futuro les dejaremos a los que nos siguen? Pues es el momento de frenar la estampida de una caterva que se están apoderando del país y de la voluntad de los mexicanos, y que los que vienen atrás nos los van a reclamar pues pasaremos a la historia como una generación abyecta que estuvo bajo la fuerza bruta de los bárbaros.

Decidamos que el candidato de Morena, uno de los llamados peyorativamente, degradadamente, corcholatas, no logre ocupar de nuevo la silla del águila para no estar a expensas de otra mente vengativa y absolutista, necesitamos un verdadero transformador, y no un arrebatador de identidades manejadas a su antojo.

Estamos a tiempo, analicemos concienzudamente el estatus en el que se encuentra nuestra nación y en su largo horizonte, su voto cuando lo emita será a favor o en contra de México. Piénselo con la cabeza fría con la esperanza de que se puede enderezar el camino.

Cierro esta entrega recordando la frase del extraordinario Giuseppe Verdi en su inmortal Nabucco:

“Ay mi patria, tan bella y abandonada”.

Se los digo EN SERIO.

franciscoaguirreperales@gmail.com

@aguirreperalesf

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