La disculpa de Miguel Riquelme a los alumnos del Tec Saltillo

Opinión
/ 27 septiembre 2023

Entre los distintos puntos de su pliego petitorio, los estudiantes del Tec Saltillo, agrupados bajo el nombre de Movimiento estudiantil Burros Pardos, exigían una disculpa pública a las autoridades por el uso de la explanada de dicha institución, catalogada como patrimonio cultural del estado, por realizar un evento musical con el Grupo Frontera el pasado 14 de septiembre.

¿Quién en su sana mente hubiera imaginado que los representantes de dichas autoridades −estatales y municipales− ofrecerían una disculpa pública por lo ocurrido? ¿Recuerdan disculparse a algún gobernador de Coahuila o presidente municipal de Saltillo por algún error cometido?

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Sobre todo porque en política disculparse de manera pública es visto como sinónimo de debilidad, flaqueza o inseguridad, no pensadas en un líder. Hacerlo es, siempre, una grieta atractiva para sus enemigos.

En contrapartida, ¿qué piensan los ciudadanos comunes de la disculpa pública de un político? Muchos estudios coinciden en señalar que “la honestidad es una de las cualidades más valorada en los políticos” porque los humaniza y los acerca al ciudadano de a pie. Y si la honestidad es acompañada de valentía, coherencia y humildad, el político se torna en un personaje imbatible.

Ocho días después de iniciado el movimiento estudiantil, que incluye un plantón en el Tec Saltillo y el cierre del bulevar V. Carranza, Miguel Riquelme insistió, de nuevo, en poner alta la vara de su gestión como gobernante para declarar que el Tec “se merece las disculpas de todas y todos los que estuvimos presentes en el evento que detonó la molestia de los estudiantes”.

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¿Cuáles son las dimensiones ético-políticas que dan valor sustantivo a esa disculpa pública? Primero, Miguel reconoce la falta cometida por las autoridades estatales y municipales al quebrar las normas de convivencia que afectaron la confianza pública.

Segundo, Riquelme asume la equivocación y, de manera implícita, acepta el arrepentimiento de las autoridades por el error cometido. Finalmente, la disculpa pública del gobernador está dirigida no a un vacío impersonal, sino a los afectados: los estudiantes del Tec de Saltillo, de manera principal, y a los saltillenses que pudieran haberse sentido agraviados por lo ocurrido, en un segundo plano.

De esta manera, la disculpa pública de Miguel cumple con los tres criterios necesarios para sustentarla: tiene una dimensión cognitiva (aceptación de la falta); una afectiva (arrepentimiento por la misma) y una ética (el reconocimiento del otro como parte afectada).

¿Por qué Riquelme decidió disculparse de manera pública con los estudiantes del Tec? Porque su maduración como político de perfil estadista lo obliga. Y porque finaliza su sexenio como uno de los gobernadores más fuertes en los últimos cinco sexenios, por lo menos.

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El impacto de la disculpa pública del gobernador en los estudiantes del Tec Saltillo fue este: el día de ayer, en oficio entregado a las 9 de la mañana, en el despacho del gobernador, los representantes del movimiento estudiantil solicitan en ese escrito la ayuda del gobernador para que “los colabore a hablar y a dialogar con las autoridades municipales, estatales y federales, así como académicas competentes con el objeto que a la brevedad se dé respuesta a nuestro pliego petitorio y estar en posibilidades de reanudar nuestras actividades escolares en nuestra casa de estudios”.

Los estudiantes del Tec aceptaron el principio de reconciliación explícito en la disculpa pública de Miguel para reparar el orden al interior de la institución. Falta ver si los oportunistas disfrazados de morenistas y petistas, y las autoridades del Tec Nacional entienden la magnitud de ese encuentro para no utilizar ese conflicto con una finalidad electoral.

Nota: El autor es director general del ICAI. Sus puntos de vista no representan los de la institución

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