La escuela de los maestros coahuilenses
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En mayo se festeja y agasaja a los maestros, y Coahuila puede presumir una pléyade de profesores distinguidos, forjados en su mayoría en la Benemérita Escuela Normal de Coahuila, institución de larga y apasionante historia construida generación tras generación a lo largo de 128 años. A propósito de su reciente aniversario, es bueno recordar algunos detalles de su ilustre historia.
Fundada por decreto en 1894, inauguró sus cursos con 16 alumnos en una casa por la calle Hidalgo el 4 de mayo de ese año. En 1909 inauguró su majestuoso edificio, que desde 2008 luce una dimensión distinta por la iluminación artística que resalta sus detalles arquitectónicos.
Un dato curioso, que finalmente se eliminó de la historia del normalismo coahuilense, es el que señala que hubo una primera Escuela Normal, nacida cinco años antes en el Ateneo Fuente, por decreto del gobernador Garza Galán, publicado en el Diario Oficial “El Coahuilense” el 20 de febrero de 1889, por el que se instituye en la capital del estado una Escuela Normal de Profesores de Instrucción Primaria que, dice: “estará anexa al Ateneo Fuente... sirviendo para el efecto las clases que se dan en este Instituto en los estudios preparatorios”. El decreto establece que el gobierno nombrará a “los profesores de las materias pedagógicas” que no incluya el programa del Ateneo y que la carrera se hará en el término de cinco años. Esta primera Escuela Normal, aunque tuvo alumnos inscritos, no funcionó como
tal, pues sus estudiantes no recibieron otras clases que no fueran las que impartía el propio Ateneo. Por eso se considera como fecha oficial de la fundación de la Escuela Normal del Estado de Coahuila la del 4 de mayo de 1894, cuando se separó del Ateneo y se estableció en una casa de alquiler por la calle Hidalgo sur.
El Reglamento de 1896 establecía como requisitos para el ingreso a la Escuela Normal, entre otras cosas, el no tener ningún defecto físico, estar vacunado y entregar una constancia de buenas costumbres firmada por el presidente municipal del lugar de residencia del aspirante.
Para la construcción de su edificio, inaugurado en 1909, el Gobierno del Estado se había comprometido a aportar la cantidad de 50 mil pesos, una suma igual a la que el director, don Andrés Osuna, había conseguido entre particulares para el mismo fin, pero fue tal el entusiasmo del gobernador Miguel Cárdenas por el proyecto que devolvió a las personas la suma colectada y su gobierno costeó en su totalidad la construcción. La cantera utilizada en las fachadas se trajo de Durango y la escalinata exterior se construyó en mármol negro. Gran parte de su mobiliario se importó de Estados Unidos. Tenía un gimnasio y “salones” de Física y Química.
Semillero de grandes maestros formadores de la niñez de Coahuila, la Benemérita Escuela Normal del Estado de Coahuila siempre se ha abierto a las manifestaciones de la cultura y la ciencia. En 1922 fue sede del VII Congreso Médico Nacional, que recibió a 14 delegaciones médicas. En la planta baja del edificio, los salones del lado derecho se acondicionaron para la administración y comedores, la parte norte para la cocina y guardarropas, los salones del lado izquierdo alojaron a la servidumbre y los depósitos, y en la parte central se acondicionó el restaurante. El primer piso dio alojamiento a los médicos y congresistas; los pasillos sirvieron para exposiciones y conferencias de participantes y el salón de actos para espectáculos y conferencias de higiene. El segundo piso, completo, sirvió de alojamiento para congresistas y estudiantes. En 1944, dentro del programa de su 50 aniversario, se realizó el Primer Congreso Nacional de Educación Normal.
La iluminación artística resalta los muros exteriores de la Escuela Normal de Coahuila. Sin embargo, el reflejo de la fe que en la institución pusieron sus primeros directores, alumnos y profesores ha iluminado su noble tarea a lo largo de un centenar y casi tres décadas de vida.