La fundación de Saltillo vista desde este año de 2024
El pasado jueves 25 de julio se celebró con un dignísimo programa un nuevo aniversario de Saltillo, el 447, que incluyó la sesión de cabildo en la cual se hace entrega de la Presea Saltillo en sus versiones: “en vida”, “institucional” y “post mortem”, a ciudadanos que se distinguieron en alguna disciplina o que con sus actividades beneficiaron a nuestra ciudad. Y eso fue, como se dice, la cereza del pastel, después de casi dos semanas de cientos de actividades del Festival Internacional de las artes, FINA 2024, eventos de todas clases y en todos los escenarios con que cuenta el municipio y en todos los rumbos: ejidos, rancherías, centros comunitarios, centros culturales grandes espectáculos y cantantes del momento, teatro, conciertos, ópera, presentaciones de libros de la Colección Letras del Desierto, convocados y publicados por el Instituto Municipal de Cultura. Y todo gratuito. Daba gusto ver las filas de personas interesadas en recibir pases para los eventos que lo requerían. Bien por el ayuntamiento de Saltillo y el alcalde, bien por el Instituto Municipal de Cultura.
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Hace ya alrededor de 50 años que se determinó el año de 1577 como el de la fundación, conforme a los documentos que entonces se tuvieron a la mano, porque nunca se ha encontrado el Acta de Fundación de Saltillo. Los historiadores de aquel entonces, reunidos a instancias del gobernador Flores Tapia para investigar y discutir la fecha de la fundación, hicieron una investigación seria, en la que pusieron su mejor empeño y señalaron el año basándose en un documento encontrado en Parral, lo que permitió celebrar en grande a lo largo de todo 1977, los 400 años de Saltillo, y a partir del cual se celebra uno más cada año. A don Óscar Flores Tapia se debe la ya tradicional celebración del aniversario
Han pasado 47 años desde entonces, y por lo menos Carlos Manuel Valdés, historiador serio y acucioso, ha levantado la mano para decir que en archivos europeos ha encontrado documentos que arrojan nuevos datos sobre la fecha de la fundación de Saltillo. La historia de Saltillo se modificó hace varias décadas, cuando conforme a documentos históricos se le retiró el título de fundador de Saltillo que la tradición le daba al capitán Francisco de Urdiñola y se le cedió al verdadero fundador, el capitán Alberto del Canto. Urdiñola fundó el contiguo pueblo de San Esteban de la Nueva Tlaxcala. Así como entonces, hoy se hace necesario que las autoridades municipales den paso oficial a la revisión de la fecha acorde a los documentos descubiertos por el investigador.
No se tiene el Acta, pero existen otros documentos de los primeros tiempos de la fundación. Uno de ellos es el Acta de Fundación de San Esteban de la Nueva Tlaxcala en 1591, el pueblo contiguo a Saltillo donde se asentaron los tlaxcaltecas para apoyar a los españoles en la conquista del territorio. Otros documentos son las actas de cabildo tanto de Saltillo como de San Esteban de la Nueva Tlaxcala.
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En los documentos está la memoria de la ciudad. Ahí están las familias que aquí vivieron y extendieron su linaje por varias generaciones, así como otras cuya descendencia se perdió en el tiempo; ahí están los personajes que nacieron y se forjaron aquí; los héroes de hazañas colosales y los de las no menos grandes proezas cotidianas; ahí se encuentran las epidemias, las batallas y los acontecimientos ligados a la historia cotidiana de Saltillo. Y no sólo los hechos grandiosos, también los que pudieran considerarse poco importantes, como el que consigna un oficio de hace casi 10 años resguardado por el Archivo de la Catedral y contiene una queja de las autoridades civiles a las eclesiásticas porque el campanero se olvida de jalar las cuerdas de las campanas cuando se emborracha, y advierten que si la iglesia no soluciona el problema, el gobierno instalará sus propias campanas y contratará un campanero que se ocupe de tocarlas a tiempo.
La ciudad se modifica y su historia también. Saltillo tiene hoy un campanero automatizado en el reloj de la torre del Santo Cristo y su mecanismo sonorizado sigue normalizando la vida en muchas cuadras alrededor con un potente y hermoso tañer de campanas que marcan las horas sin intervención de nadie.