La IA para mayor exigencia en el aula

Todo el mundo parece estar discutiendo los posibles efectos de la Inteligencia Artificial en múltiples contextos. Particularmente, en el contexto académico, parece haber una incomodidad que rodea el diálogo alrededor de esta herramienta tecnológica. Constantemente escucho opiniones y recibo consultas sobre cómo la IA provee un vehículo para que la producción académica de estudiantes se realice de manera “automática” y se reduzcan las capacidades creativas de las personas, que, al no verse obligadas a producir conocimiento original desde sus ideas, simplemente usen la IA como ventaja de manera “tramposa”. A mí me parece que este enfoque es erróneo, o al menos, sesgado.

La IA es una herramienta tecnológica. De la misma manera en que hemos usado otras herramientas tecnológicas para ampliar las fronteras de lo que podemos enseñar, al simplificar tareas sencillas y permitir más tiempo para el análisis profundo, la IA provee la oportunidad de expandir la profundidad del conocimiento que se explora en las aulas, al reducir los tiempos de consumo y entendimiento de materiales complejos y la creación de contenidos de buen nivel de manera casi automática.

Piensen en una calculadora. Todavía recuerdo la época en que en la primaria no nos dejaban usar una calculadora en el aula, porque “teníamos que aprender a realizar esas operaciones aritméticas a mano”. Y es perfectamente entendible, la base del conocimiento para la realización de operaciones aritméticas nos ayuda a entender por qué y cómo se hacen, y cuáles son sus usos. Pero una vez que hemos aprendido esto, no tiene caso el ejercicio repetitivo de hacer miles de operaciones de forma manual. Entonces, podemos apoyarnos en el uso de una calculadora para agilizar las operaciones y realizar muchas más en menos tiempo y entonces avanzar hacia cálculos de razonamiento más complejos. Por eso, ya en la secundaria y preparatoria, frecuentemente debíamos tener una calculadora científica a la mano, que nos ayudara a realizar las operaciones complejas, de las que, ya entendíamos su accionar, pero tomaban demasiado tiempo, y en su lugar, resolvíamos problemas de mayor complejidad automatizando la realización de esas operaciones.

Me parece que de este mismo modo debemos pensar en la IA. Es importante entender que la IA, como la conocemos hoy en procesadores de texto, no es en sí Inteligencia Artificial, sino Aprendizaje Máquina, esto es, son modelos de texto entrenados para leer, procesar y reproducir textos de la manera en que más se asemeja a los textos mismos con los que son entrenados. Mientras mayor volumen de textos tengan para entrenarse, mejores serán en reproducir textos más “humanos” y que parezcan menos copias de otros textos, pero estos modelos, son incapaces de generar, de manera autónoma, pensamientos creativos originales derivados de los textos con los que son entrenados, simplemente reproducen las formas de estos.

Dicho lo anterior, la IA puede ser una gran herramienta que eficiente algunos procesos como, por ejemplo, el de consumo de contenidos textuales. Si las personas usan resúmenes generados por procesadores de texto como ChatGPT, ChatPDF o similares, o usan estos procesadores para leer texto y hacer preguntas sobre la información de esos textos, pueden eficientar muchísimo la capacidad de obtener conocimiento relevante de estos sin perder mucho tiempo leyendo los textos completos. Esto libera tiempo para tal vez analizar las implicaciones de ese conocimiento sobre algún tema en particular, y profundizar en análisis críticos. Es decir, menos tiempo para comprender fragmentos de conocimiento, significa más tiempo para pensar sobre estos, razonarlos de manera crítica y desarrollar argumentos, sorbe temas específicos que integren estos nuevos conocimientos.

No creo que debiéramos estar pensando en que las personas estudiantes pueden “hacer trampa” para producir textos autogenerados por la IA, sino en que, si ya sabemos que podrían hacer eso con tareas simples como escribir un ensayo o un resumen, ¿por qué no elevar el grado de abstracción del conocimiento que pedimos de ellas y ayudarles a desarrollar sus habilidades de pensamiento crítico, adopción de nueva información e incorporación de esta en su visión de las cosas?

La Inteligencia Artificial, como cualquier avance tecnológico, puede ser una gran aliada en los procesos de enseñanza-aprendizaje, si sabemos aprovecharla.