La (in)justicia social en el siglo 21: ausencia de paz, seguridad y derechos humanos

Opinión
/ 19 febrero 2023

Resulta indispensable mencionar que la historia de los derechos humanos narra una serie de acontecimientos sobre la lucha de las personas en situación de vulnerabilidad, es decir, de quienes se encuentran en desventaja. Es evidente que los derechos humanos no son concesiones gratuitas, han sido conquistas y resultado de luchas sociales. Sin paz, sin seguridad y sin garantía de los derechos humanos no puede existir la justicia social. Para comprender mejor, es necesario cuestionarnos: ¿qué es la justicia social?, ¿cuál es el origen de la justicia social?, ¿por qué es necesaria la justicia social?

Para entender lo que significa la justicia social es necesario hablar de revoluciones y luchas político-sociales, que han sucedido a lo largo de la historia de la humanidad. Lo anterior ha permitido visibilizar y reconocer la situación de vulnerabilidad de personas o grupos de personas. Uno de los resultados de las luchas son los derechos sociales, una de las conquistas en la búsqueda de la igualdad de condiciones.

De esta manera, el punto de partida son las democracias europeas y americanas del siglo 19, que se encuentra vinculado a la lucha por la igualdad en la sociedad en el marco de los procesos de industrialización. Cabe recordar que los derechos sociales inician con el enfrentamiento de la clase trabajadora, que buscaba el respeto a su dignidad humana por medio de mejores condiciones de trabajo.

En este sentido, se pueden ubicar los derechos sociales como derechos humanos fundamentales para que todas las personas tengan un nivel de vida adecuado, lo que hoy conocemos como derechos económicos, sociales, culturales y ambientales (DESCA). Algunos de estos derechos son: el derecho al trabajo, el derecho a la vivienda, el derecho a la alimentación, el derecho a la educación, el derecho a la salud, el derecho a la cultura y el derecho al medio ambiente sano.

Pero, ¿qué se debe entender por justicia social? Debemos partir de que todas las personas tienen derechos humanos que son fundamentales y que atienden a las necesidades básicas para una vida digna. Los derechos humanos deben ser reconocidos y materializados, es decir, deben estar presentes en la realidad para todas las personas sin distinción alguna. Los diversos factores que generan una carga de desigualdad en la sociedad tienen como consecuencia que se vuelva compleja la protección y la garantía de los derechos humanos para personas en situación de desventaja.

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Por lo tanto, la falta de garantía de los derechos humanos fundamentales que atienden a las necesidades básicas de todas las personas deriva de las desigualdades. Lo anterior tiene como resultado la injusticia social, desde la relación privilegio-desventaja entre personas o grupos de personas en situación de vulnerabilidad.

En consecuencia, el mal que aqueja a la justicia social es la desigualdad amenazada principalmente por: conflictos, pobreza y discriminación. Al ver la realidad social es evidente que la desigualdad se encuentra presente. Desde diversos contextos, las desventajas entre las personas para garantizar sus derechos provocan injusticias. Un ejemplo, es la lucha de las mujeres por el reconocimiento y garantía de sus derechos. Mediante grandes movimientos de protesta que año con año van creciendo ante el contexto de violencia que se vive en todo el mundo.

Para poder combatir y prevenir las injusticias sociales es necesaria la igualdad en la realidad de todas las personas, siendo un pilar fundamental que debe estar presente en toda sociedad. Esto hace referencia a que a todas las personas deben ser reconocidos y garantizados sus derechos humanos, sin distinción alguna. Las violaciones a derechos humanos generan injusticias sociales. Otros de los factores que permiten combatir y prevenir las injusticias sociales son la paz y la seguridad.

De tal manera, la justicia social debe entenderse como la igualdad de condiciones para que a todas las personas se les garanticen sus derechos humanos en un contexto de seguridad y paz, que permitan un pleno desarrollo. Pero, ¿por qué es necesaria la justicia social? La justicia social permite visibilizar la desventaja y la necesidad de condiciones especiales para personas o grupos de personas en situación de vulnerabilidad. Es a través de esas condiciones especiales que se busca generar la igualdad entre todas las personas.

Por tanto, el reflejo de la desigualdad que genera las injusticias sociales lo podemos ver en que no todas las personas tienen acceso a la educación, acceso a alimentos, acceso a servicios de salud, acceso a condiciones dignas de trabajo, acceso al agua, entre otras condiciones que atienden necesidades básicas fundamentales para el desarrollo de todas las personas. Tomar medidas de equidad para lograr la igualdad, es un elemento clave para realizar la justicia social. La exigencia de movimientos sociales de personas en desventaja es lo que ha logrado volver visible lo invisible, exigiendo que se adopten medidas bajo la equidad que permitan poner las condiciones de igualdad para garantizar los derechos humanos.

Cada 20 de febrero se conmemora el “Día Mundial de la Justicia Social”, esto es un recordatorio frente a un mundo infestado de desigualdades eternas que generan injusticias. Sin la suma de la paz, la seguridad y la garantía de los derechos humanos no puede existir justicia social, que no es una opción sino una obligación que cubre una necesidad apremiante.

La autora es investigadora del Centro de Derechos Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales de la Academia Interamericana de Derechos Humanos.

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