Las campañas políticas en Coahuila y la solución de las necesidades

El inicio de las campañas políticas de los candidatos a las presidencias municipales en Coahuila, fue aprovechado por algunos sentando bases sólidas en las exposiciones proselitistas y se dosificara su medición imprimiéndole a sus recorridos la velocidad adecuada con el objetivo de llegar al 2 de junio a un punto reforzado que los lleve al triunfo.

Los medios de difusión y las redes sociales se han encargado de esparcir a los cuatro vientos sus declaraciones como si se tratara de un concurso donde se premiara al que más habla, solo basta escucharlos y darnos cuenta que, en algunos casos, su mérito se debe a intereses sin tomar en cuenta si tienen la capacidad suficiente para ocupar esos niveles.

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Hay también candidatos que los electores pueden identificar, pues cuando los escuchan detectan que hablan con soltura y conocimiento de la problemática existente y la forma de solucionarla, asimismo existen otros que al solicitar el voto articulan una cadena de simplezas revelando que desconocen el camino en que los pusieron, por lo que es difícil tomar en cuenta sus propuestas en virtud de que no están a su alcance en razón de presupuesto o por razón de competencia, pero que quieren colgarse las medallas al ofrecer una solución. Hay que saber diferenciar entre lo deseable y lo posible.

Es pertinente que esos candidatos improvisados conozcan la frase de Lincoln cuando dijo: “Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo”.

Algunos se hacen llamar políticos sin conocer su esencia, ignoran las tareas públicas y se dedican a decir medias verdades, si no escúchelos con atención y se dará cuenta que, sin el menor recato y en una forma por demás firme, hablan sobre las necesidades sociales y nos dicen mesianicamente que solo ellos pueden darles la solución adecuada.

El voto debe ser razonado, los candidatos que elegiremos en junio próximo conformarán una estructura que recaerá en la administración de las ciudades. No dejemos llevarnos por apariencias y conozcamos a fondo los perfiles de los competidores que incluyan, además, valores como la honestidad, el carisma, la experiencia, el talento, la ecuanimidad y la humildad.

Examinemos las propuestas de los candidatos en donde plasmen su plan de trabajo y las acciones que implementarían en sus gobiernos, analicémoslas con la cabeza fría para que al que triunfe le exijamos su aplicación una vez que tome posesión del cargo, aun tratándose de acciones de carácter humano. Si no se gobierna con las entrañas tampoco se puede gobernar sin ellas.

Algunas propuestas de acciones que no cuadran en lo prioritario caen dentro de lo insustancial, otras que en lo raquítico de su contenido no se nota la viabilidad, pues solo son mencionadas en términos muy generales con palabras que encierran escuetamente lo que se hará, sin llegar a descifrar el “cómo” o a menos que lo consideren secreto y que a ningún otro candidato se le pueda ocurrir.

La experiencia nos dice que a veces se escogen candidatos que provienen de compromisos políticos, pues algunos son decididos con base en intereses ocultos, con el objetivo de que sean liberados de irresponsabilidades cometidas y disfruten de una impunidad sustentada en un fuero que no debe existir, y en la exhibición de un cinismo soez que no les avergüenza.

Esas formas de construcción de gobiernos nos alejan cada vez más de una verdadera democracia. No pueden salir cosas buenas de funcionarios malos.

Necesitamos un aspirante preparado, de manera que no caigamos en una administración municipal descalificada por una dirección débil que disimule confianza, el ganador debe dejar de lado la irracionalidad del ego y del narcisismo, ya que por no quedar mal ofrece a los ciudadanos una carga de mentiras diciendo que su ciudad es la mejor en todos los aspectos.

Se lo digo EN SERIO.

franciscoaguirreperales@gmail.com

@aguirreperalesf