Las defensas debilitadas

Las defensas mentales sufren deterioro.

Hay muchos cerebros sin semáforo o con luces alteradas que dan luz verde a lo pésimo y ponen alto a lo óptimo.

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Se ha convertido a la multitud en espectadora, televidente, oyente, lectora, succionando su tiempo que podría dedicar a pensar, a discernir, a decidir y proyectar.

Se bajan las defensas en el campo mental cuando todo es receptivo, pasivo, fomentando una actitud apta para ser influenciado, fascinado y capturado.

En terrenos biológicos se experimenta también una gran debilitación de defensas. Por falta de vacunación, por vacunación insuficiente, por despido a Susanita Distancia, por falta de desinfecciones y descuido de ventilación en ambientes de conglomerados.

Se triplica y más la vacunación anti-COVID, y queda sin guardia, ni portón ni perro bravo la influenza siempre próxima y rondando.

Hay contagios ya sin estadística, sin gravedad ni hospitalización. Hay personas que ya llevan varios contagios que, a lo peor, les han dejado algunas secuencias molestas y tercas.

Las propensiones quedan iguales porque son pocos quienes han cambiado sus hábitos de vida y de alimentación. Se sigue estando muy expuesto a enfermedades como la diabetes o la hipertensión porque los menús familiares y los de restaurante no han cambiado sus habituales ofertas.

En la atención médica se siguen quitando síntomas y recetando analgésicos y desinflamatorios con sustancias que dañan órganos. Aumentan los enfermos del riñón y los que padecen males cardiovasculares.

Se hace poco caso de la medicina natural y no se aprovecha suficientemente la gran sabiduría acumulada por las etnias de nuestro país. Las plantas medicinales con sus grandes propiedades y las técnicas de las comadronas para traer los niños a la vida.

Se multiplican las especialidades a salto de mata para cubrir vacantes que pocos quieren ocupar en lugares de las periferias. Son zonas de marginación con pocos hábitos de higiene donde hay altos índices de moralidad por falta de atención oportuna.

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Descansar, ejercitarse, respirar, cuidar posturas, alimentarse sanamente son verbos de baja conjugación. Los ambientes y las conductas enfermizas predisponen males mayores que requieren atención especializada.

Las defensas de todo tipo siguen debilitadas. Los bienes de salud integral parecen estar a la intemperie. Urgen medios educativos y servicios oportunos con capacitación impecable.

VERBORREA PSEUDOPOLÍTICA

La palabra se vuelve veloz, siempre con prisa. Los datos chorrean con intensas salpicaduras frecuentes, sin objetividad y con estilo difuso y confuso. La gente oye tronaos de información y usa luego tijera que la corta para oír música.

Las campañas ruidosas, prematuras, prolongadas llevan el “más de lo mismo” a extremos insoportables de repetición sonsoneteada. La raza mejor se atiene a sus comentarios de café y a pescar detalles aquí y allá para ver síntomas en lugar de perderse en habladurías.

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La verborrea pseudopolítica se va volviendo pandémica y sobre todo las mujeres se inclinan a preferir su intuición femenina a todas las pirotecnias de opinión circulantes.

La presencia femenina en todos los niveles va prometiendo una nueva atmósfera porque tendrá sus peros y sus contras, pero seguramente abrirá horizontes antes sellados.

ESTILO UNIVERSITARIO

“Se necesita empujar esta corriente de cambios”, afirma Elena que estudia Psicología.

“Que los cambios sean para mejorar, chava... Algunos cambios son de mal a peor”, comenta Rosa, “lo que se requiere es buen guía, mejor método participativo, aprender a aprender para no quedarse con métodos obsoletos, actualización tecnológica, tomar en cuenta valores, hábitos, actitudes para formación integral y superar aulas y pantallas con experiencias en ambientes reales”.

Entraron juntas en la tienda e hicieron compras en el departamento de libros y papelería...