Lo legal no es lo correcto. El agua

Opinión
/ 24 marzo 2025

La legislación es algo de lo que debemos desconfiar: no siempre lo legal es lo correcto, así como ocurrió en el caso de la esclavitud, que fue considerada legal hasta que de derogó esa disposición de oprobio. Como se observa, el marco legal siempre llega tarde y solo llega respondiendo a fuertes presiones sociales, es el caso del agua como derecho humano. Fue hasta el 8 de febrero de 2012, cuando en el Diario Oficial de la Federación se publicó una reforma al párrafo sexto del artículo cuarto de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y así fue elevado a rango constitucional el derecho humano al agua y saneamiento. Algo que es tan natural para la vida, estaba y está siendo vulnerado de tal forma, que han ocurrido muertes y desplazamientos de comunidades enteras, por ello, se re-escribió: “Toda persona tiene derecho al acceso, disposición y saneamiento de agua para consumo personal y doméstico en forma suficiente, salubre, aceptable y asequible. El Estado garantizará este derecho y la ley definirá las bases, apoyos y modalidades para el acceso y uso equitativo y sustentable de los recursos hídricos, estableciendo la participación de la Federación, las entidades federativas y los municipios, así como la participación de la ciudadanía para la consecución de dichos fines”.

TE PUEDE INTERESAR: Apocalipsis: el agua versus las antiguas fuentes públicas

La capital de Coahuila, Saltillo, pasó de tener poco más de 600 arroyos, a tener hoy solamente 31. Estos son datos de la investigación doctoral de la arquitecta Griselda Salas Alemán, quien se ha dedicado a realizar un monumental trabajo territorial sobre las venas de Saltillo, esos arroyos que proceden de la Sierra de Zapalinamé.

Como las buenas conservacionistas, el trabajo de Salas Alemán efectuado por décadas es constante y silencioso. Los arroyos en Saltillo, son espacios que ofrecerían agua limpia pero hasta ellos se llega a depositar e infiltrar basura, líquidos contaminantes y desechos humanos. La investigación de Salas Alemán arroja entre otras cosas que, residuos sumamente lujosos de baños y otros elementos constructivos, han sido encontrados en cauces de arroyos locales en colonias populares, así que tanto personas de la zona como de otras colonias con gran poder adquisitivo, van a tirar desechos en cauces de sitios en donde la arquitectura es sumamente sencilla, debido al tipo de ingreso de sus habitantes. Ello sin considerar el fenómeno migratorio, las personas sin hogar y todo una entrincada problemática de salud pública que allí se expresa.

Esos arroyos en algunos casos tienen cauces secos. Todos ellos descienden de la sierra de Zapalinamé, de donde procede más del 50 por ciento del agua potable que obtiene la ciudad (aunque el porcentaje oficial divulgado sea menor porque cambian la clasificación de pozos de donde procede el agua).

Ahora, con el contexto de sequía que enfrenta Coahuila, es vital el uso de aguas tratadas no en porcentajes minúsculos sino totales, para ello es necesario que se adquiera o se diseñe la tecnología pertinente. Luego de tantos años, es urgente que cese la liberación de las aguas tratadas y de las aguas negras en los arroyos. Se dice que existen complejos nudos legales, que hay divisiones a respetar. En fin. Lo legal impide accionar.

Por otro lado, es un asunto sensible que las políticas públicas y los equipos de vigilancia dedicados al cuidado de los cuerpos de agua sean insuficientes. Y es que políticas públicas con recursos limitados (en este caso equipamiento, retroexcavadoras y otro tipo de maquinaria para la limpieza de los arroyos), descansan en un desempeño titánico y agotador de los trabajadores que se encuentran en territorio.

TE PUEDE INTERESAR: ‘No todos, pero casi todos’: El 8M, Sheinbaum y los políticos

Así, un programa educativo constante en las escuelas públicas, campañas de limpieza estudiantiles, la utilización de cámaras colocadas en distintos puntos cercanos a los arroyos, equipos de vigilancia que realicen desplazamientos por estas zonas, deberían de ser consideradas como parte de un asunto de seguridad no solo municipal, sino estatal y federal, para que así las ubicaran en los primeros números de la lista de los tantos pendientes por resolver.

El agua no solo es un derecho humano, es una condición para la vida como la conocemos, en este planeta. Y es un bien escaso que se encuentra en grave riesgo.

El vocablo arroyo procede del griego reo, que significa “corre lo líquido”.

COMENTARIOS

TEMAS
NUESTRO CONTENIDO PREMIUM