Los capítulos del ocaso político en Coahuila

PRIMER CAPÍTULO: EL ANSIA. Viéndose a la distancia de 6 años, el gerente de la marca, Riquelme, resultó un excelente administrador de los negocios legados del moreirato, incluyendo desde la designación del conserje de Palacio hasta los titulares de secretarías, organismos, tribunales y centro de alabanza (mal llamado Congreso del estado), a través de los caprichos del ocupante de la casa de Sierra Nevada en Las Lomas.

Los pocos días finalizan y con ellos la disponibilidad del abultado presupuesto de “imagen”, a fin de sostener su campaña al Senado de la República.

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Su desempeño lo hace proclive a las estrategias políticas que pudiera manejar el presidente AMLO, a fin de desacreditar a la alianza por México a través de personajes, como lo es el descrito, y por ende el fuero malhabido pudiera llegar con esa nominación.

Para ello Riquelme sabe de cierto que con la alianza deberá vencer rivales en el PAN, como Memo Anaya, o que existe en el PRI un pendiente con Jericó, quien de andar de hablador con la cantaleta de que lo de Manolo era una imposición, resultó tranquilizado con la promesa de la senaduría y con ello cerró la boca. Por ende, no la tiene segura y mucho menos con el escándalo que organizó en el Tecnológico y que ya lo etiquetó nada más para siempre.

Por ello es necesario seguir invirtiendo en imagen a través de los dineros de los coahuilenses, a ritmo de 2.3 millones de pesos diarios, y pagar encuestas para mantenerse en la mira de los ciudadanos, como si las huestes fueran leales y rindieran tributo a panzas aventureras.

El ansia lo domina y se convierte en urgencia, sin embargo, los tiempos políticos aún no están marcados, por ello el nerviosismo evidente en estos días. Haya cosa.

SEGUNDO CAPÍTULO: EL BLINDAJE. Presumiendo el modelo Coahuila de seguridad en otras latitudes, resulta que el abandono de los temas fundamentales en la prevención y persecución de los delitos hunden los discursos y hacen topar en pared las intenciones.

Cegados ante la cofradía policiaca que ha dominado a los cuerpos estatales, se han visto beneficiados por el “entre” diario que cae en las arcas confidenciales, mientras que los delitos comunes (de competencia local) han ido al alza en todo el sexenio.

Según cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), durante septiembre en Coahuila se cometieron 5 mil 649 delitos del orden común, es decir, más que los efectuados en Guerrero, Durango, Hidalgo, Tamaulipas, Zacatecas, Sonora, Sinaloa y Michoacán, y en el acumulado anual 46 mil 688, que comparado con Zacatecas resulta que tenemos 100 por ciento más delitos que en ese estado y a un ritmo de 157 por día.

Entretanto, la secretaria de Seguridad Pública transcurre su último tiempo viajando a Piedras Negras, a fin de estrechar alianzas en su precampaña a una diputación federal, aunque cuentan las voces que la nominación viene por un funcionario de la administración de origen acuñense.

En ese escenario el blindaje aparece como una estrategia política utilizada en tiempos electorales a través de las llamadas “incursiones” replegadas en las que nadie sabe, nadie supo nada.

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TERCER CAPÍTULO: EL GABINETE. De acuerdo con el video apócrifo aparecido en redes sociales, las imposiciones del moreirato vendrán en comunicación social y los llamados organismos autónomos, dejando a Riquelme imponer a sus cuates, el actual líder del Congreso o centro de alabanza y al presidente del Poder Judicial, en el nuevo gobierno.

Al menos, de confirmarse esta variante, el inicio de Manolo no estaría tan presionado como pasó con Riquelme a quien Rubén le fue dictando quien sí y quien no se hacía cargo de su administración durante todo el sexenio, dejándole jugar con sus amigos, pero sólo por un rato.

Las nominaciones irán soltando el hilo de la madeja y esta podrá apuntar o no a la casa de Las Lomas o al ánimo del nuevo gobernante. Ya veremos.