Me quedo de guardia, usted disfrute como pasajero del Titanic
En tanto vea que sólo publico memes, chistes idiotas y perritos extraviados, quiere decir que todo está bien (excepto por los perritos extraviados, desde luego)
Durante el viaje inaugural del RMS Titanic, los pasajeros disfrutaban de copiosas cenas y animadas veladas, confiados en que los vigías darían oportuno aviso en caso de que se llegase a presentar cualquier inconveniente o adversidad a mitad del Atlántico, por improbable que fuese.
Ajenos a toda mortificación, se entregaban al ocio y al placer, claro, porque había un par de ojos escudriñando en todo momento el acuático horizonte por delante.
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Y aunque ya sabemos que aquello no resultó muy bien, yo le invito a que se relaje y disfrute sus celebraciones y días de asueto −si es que los tiene− de la misma manera en que hacían los despreocupados pasajeros del trágico trasatlántico.
Goce de estos días... O súfralos −a según− si tiene cuatro hijos en casa y un, una, une consorte jodone, en cuyo caso quizás preferiría estar en la oficina sacando copias, afilando lápices y platicando de videojuegos con los “nerdos” de sistemas.
Pero yo le prometo que si algo extraordinario acontece de aquí al primer día hábil de 2025, algo de gravedad, algo que vaya a afectar nuestro futuro, o cualquier cosa de la que tengamos que estar advertidos y de la cual dependa nuestra supervivencia, yo estaré revisando las noticias y le haré saber ya sea por este medio o a través de mis redes sociales.
En tanto vea que sólo publico memes, chistes idiotas y perritos extraviados, quiere decir que todo está bien (excepto por los perritos extraviados, desde luego).
Usted mientras tanto coma, beba, fornique, abrace a su familia (o evítela si es lo que necesita) que aquí, su amistoso Hombre Araña de confianza, está en su puesto de vigilancia monitoreando medios impresos, electrónicos y digitales, haciendo sólo ocasionales siestas intermitentes y pequeñas pausas para comer e ir al baño.
Ya en caso de que cualquier iceberg (real o metafórico) amenace nuestra existencia, le prometo que será usted el primero en saberlo.
Somos conscientes también que durante la guardia decembrina de 2019 cometimos el pequeñísimo error de dejar pasar inadvertida la noticia aquella del chino que se comió un pozole de murciélago, lo admito. Pero hay que ser justos también: El rozón del Titanic tampoco parecía de gravedad o consideración en un inicio, hasta que avisaron “tienen dos horas para aprender a nadar en aguas por debajo del punto de congelación, o para averiguar cómo se acomodan de a 300 por bote salvavidas... ¡Mentira, ya sólo tienen una hora y 20!”.
Quiero pensar −y hago votos porque así sea− que ya el 2024 nos asestó todos los golpes bajos y momentos aciagos que nos tenía deparados. Ya el segundo piso de la Trasformación se encargó de desmadrar el Poder Judicial y los organismos autónomos; ya Trump resultó electo para un insólito segundo periodo presidencial; ya Putin nos puso al borde de una Tercera Guerra; ya el América quedó tricampeón (cosa que por alguna razón hace a muchos padecer más que todo lo anterior junto), etcétera.
Pero... Esto no se acaba hasta que cante la gorda. Iba yo a decir “hasta que cante Adele”, pero ya no nos sirve ella como ejemplo... Claro, como no sea ejemplo de disciplina y fuerza de voluntad, porque ella sí alcanzó su peso ideal mientras nosotros aquí seguimos, terminando todos mofletudos un año más en el que, de los 12 kilos que íbamos a bajar, subimos cuatro.
Y no es como que las masacres hayan cesado como para dar paso a las celebraciones (de hecho, en diversos puntos de la República, las celebraciones fueron suspendidas para dar paso a las matazones); tampoco es como que al supersecretario de Seguridad Pública le asesinen a sus más cercanos colaboradores en una guerra contra la delincuencia que −según el Gobierno− vamos ganando; ni tampoco es como que diversas organizaciones y la prensa internacionales nos estén alertando, con toda clase de indicadores en rojo, que quizás no estamos gestionando de la mejor manera nuestra política interna (tampoco la externa, por cierto).
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Ni es como que el futuro Presidente de la chairiza gringa nos esté amenazando por la vía comercial, militar y diplomática; o como que la situación en Gaza y Ucrania se vaya a recrudecer.
No haga caso a nada de lo anterior, que esas son las aguas tranquilas sobre las que comenzaremos a surcar el 2025.
Ya le digo, si acaso se presenta alguna situación importante, algo de tomarse en cuenta, algo de gravedad, algún boquete en el casco de esta embarcación en la que viaja toda la humanidad, ya se lo haré saber con la debida oportunidad.