Mirador 23/12/2025

Opinión
/ 22 diciembre 2025

Caerá sobre nosotros la lluvia de dulces, naranjas, cacahuates y trozos de sabrosa caña de azúcar. Son las gracias que del Cielo vienen

“Dale, dale, dale, no pierdas el tino. Mide la distancia que hay en el camino. Dale, dale, dale; dale, no le dio. Quítenle la venda porque sigo yo”.

La cantilena infantil acompaña al ritual de la piñata. Estoy mirando a los niños del Potrero quebrar la que les hemos llevado. El señor Villalobos, obispo de Saltillo, ofició la misa de Navidad en la humilde capilla del rancho, y luego pidió ser él quien tirara de la cuerda. Pone la piñata al alcance de los pequeños para que puedan pegarle. Pero llega Lili, robusta mocetona con síndrome de Down, de recios brazos y amenazante fuerza. Don Francisco, cauteloso, sube la piñata. Lili le grita con enojo:

–¡Bájala, pendejo!

Todavía escucho en el recuerdo la alegre risa de Su Excelencia al oírse llamar así.

La piñata es azul y blanca, los colores de la Virgen. Tiene siete picos, que representan a los siete pecados capitales. Cuando la piñata sea quebrada eso significará que hemos vencido al mal. Caerá sobre nosotros la lluvia de dulces, naranjas, cacahuates y trozos de sabrosa caña de azúcar. Son las gracias que del Cielo vienen.

El artesano que fabricó esta piñata no lo sabe, pero con barro, cartón y papel de China hizo un tratado de teología.

¡Hasta mañana!...

Escritor y Periodista mexicano nacido en Saltillo, Coahuila Su labor periodística se extiende a más de 150 diarios mexicanos, destacando Reforma, El Norte y Mural, donde publica sus columnas “Mirador”, “De política y cosas peores”.

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