Mirador 31/10/2025
Mientras el fuego se amansa doña Rosa cuenta una de las cosas de don Abundio, su marido
Una lumbre hipnótica arde en el fogón de la cocina de Ábrego. Cuando la leña se haga brasas pondremos en el asador la carne. No la dejaremos ahí mucho tiempo: nos gusta término medio. Lo cocido bien cocido; lo asado mal asado.
Mientras el fuego se amansa doña Rosa cuenta una de las cosas de don Abundio, su marido.
–Iba en el burro por el camino. Atrasito, a pie, iba su nieto. Comentó la gente: “Pobre niño. En el burro el viejo aprovechado, y él caminando”. Bajó Abundio del burro y subió al niño. La gente dijo: “Pobre señor. Él caminando, y el muchacho en el burro”. Subió Abundio en el burro junto con el nieto. Y la gente: “Pobre burro. El viejo y el muchacho arriba, y el burrito cargando con los dos”. Le dijo Abundio al nieto: “Vámonos al rancho, hijo. A este paso nosotros tendremos que cargar al burro”.
Reímos todos, menos don Abundio. Masculla disgustado:
–Vieja habladora.
Doña Rosa figura con índice y pulgar el signo de la cruz, se lo lleva a los labios y jura:
–Por ésta.
¡Hasta mañana!...