Piedras Negras: Puente Internacional II
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El dinero que corresponde a la comunidad de Piedras Negras se lleva a Saltillo en efectivo y no sabemos qué hacen con él
En Piedras Negras los nigropetenses corren con los gastos y el desgaste que provoca el Puente Internacional II; mientras que el Gobierno del Estado se queda con el gusto. El dinero que corresponde a la comunidad de Piedras Negras se lleva a Saltillo en efectivo y no sabemos qué hacen con él. Así de fácil, la gran estafa.
En Piedras Negras operan dos puentes internacionales: el Puente I, administrado por el Gobierno Federal, por el cual el Ayuntamiento obtiene un ingreso anual que ronda los 5 millones de pesos; por su parte, el Puente II fue concesionado en 1991 al Gobierno de Mendoza Berrueto por el Gobierno Federal que encabezaba Salinas de Gortari.
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En 2006, Humberto Moreira negoció con el gobierno de Vicente Fox una ampliación de diez años al plazo original que vencía en 2018, por lo que esta concesión habrá de expirar en 2028. De los recursos que se obtienen por este Puente Internacional, el Gobierno del Estado le da a Piedras Negras cero pesos. En veintisiete años de concesión, los nigropetenses no hemos sido informados de una sola inversión o retorno económico alguno, para compensar o mitigar el impacto directo del Puente Internacional Piedras Negras II, en nuestra ciudad.
Vayamos a los datos: Eagle Pass ingresó, en el último ejercicio fiscal, por los dos puentes internacionales, un total de 19 millones 565 mil 325 dólares, de los cuales 15 millones 613 mil 199 dólares se entregan al gobierno de la Ciudad después de cubrir los gastos propios.
Si consideramos que aproximadamente un 80 por ciento o poco menos de este ingreso se obtiene del Puente Internacional II, estaríamos frente a una ganancia bruta para Eagle Pass de 15 millones 652 mil 260 dólares, y neta de 12 millones 490 mil 559 dólares. Repito, podría ser menor, pero no por mucho, y eso no cambia el argumento de fondo.
En el informe de la Cuenta Pública 2024, el Estado de Coahuila informó un ingreso por el Puente II de 86 millones 305 mil 433.03 pesos, o el equivalente aproximado a 4 millones 049 mil 034.73 dólares. La transferencia reportada al sector público fue de 60 millones de pesos, la diferencia radica en los gastos del puente: ¿casi 26 millones de pesos en nómina, uniformes y servicios? Porque no se ve que gasten mucho en infraestructura.
Mientras que el Puente II le significa una transferencia de 60 millones al Estado de Coahuila, Eagle Pass obtiene una transferencia aproximada de 230 millones de pesos por el mismo puente. Obviamente, la diferencia en tarifa no puede ser la única explicación.
Para administrar el Puente II, el Gobierno del Estado de Coahuila constituyó el Fideicomiso del Puente Internacional Piedras Negras II. El Fideicomitente es el Gobierno del Estado de Coahuila, a través de la Secretaría de Finanzas.
Los proyectos y desarrollos públicos o privados conllevan una obligación hacia la población que impactan. Además, es un principio esencial de nuestro sistema federal que aquello que pueda ejecutarse o desarrollarse por un nivel de gobierno más cercano a la población y a la realidad del proyecto no lo deba desarrollar o ejecutar otro nivel de gobierno mayor o más alejado. En Eagle Pass, Texas y en Estados Unidos así lo entienden; en Saltillo no.
El impacto de un puente internacional por el que cruza carga comercial es enorme. Negativo para las vialidades por la carga pesada y el tráfico que genera en el corredor comercial, por los accidentes viales, los gastos en seguridad extraordinaria que debe brindarse y que corre por cuenta del municipio, y un largo etcétera. Absorber este impacto tendría sentido si Piedras Negras obtuviera algún ingreso económico directo de los productos del Puente Internacional Piedras Negras II.
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Añadamos a lo anterior la arcaica recaudación del Puente II: sólo admite pagos en efectivo, entorpeciendo el tráfico y propiciando el desvío de recursos. Existen tecnologías que agilizan los cruces y brindarían un control transparente. Aferrarse a los pagos en efectivo y torniquetes de monedas para peatones, en pleno siglo 21, constituye un riesgo innecesario que sólo afecta el flujo comercial y el tránsito de personas. El cobro en efectivo es causa directa de los embotellamientos de carga pesada o comercial, impacta negativamente en el desarrollo urbano y obliga a las transportistas a manejar dinero en efectivo con sus operadores, poniéndolos en un riesgo mayor.
Para cerrar con broche de oro, en treinta años de concesión, el Gobierno de Coahuila no ha desarrollado una sola campaña para promocionar entre los coahuilenses el cruce internacional que les pertenece y que pudiera impactar positivamente sus propias finanzas. Hoy, al menos 70 por ciento de la carga comercial que exporta Coahuila sale por Nuevo Laredo. En Nuevo León se incentiva a las empresas neoleonesas con descuentos significativos al Impuesto Sobre Nómina para que crucen por Colombia. En Coahuila no, desde el Palacio Rosa no se alcanza a ver lo que pasa en Piedras Negras.
Facebook: Chuy Ramírez