2020, bienvenida nueva década: Profecías no cumplidas
Hace 20 años la Humanidad celebró el inicio de una Nueva Era: el arribo del Año 2000, del Siglo 21 y del Tercer Milenio; ¿se cubrieron las expectativas generadas en este tramo del calendario?
Tener una visión 20/20 puede ser el objetivo y el requisito mínimo para los pilotos, por eso cuando las personas escuchan el término “visión 20/20” entienden que se habla de una “visión perfecta”: se ve mejor y más lejos.
Sin embargo, la realidad es otra. Cuando un optometrista dice que alguien tiene “visión 20/20”, no habla de perfección, se está refiriendo a la agudeza visual, que es la claridad o nitidez de la visión.
Al aprobar una agudeza visual de 20/20, el especialista se refiere a qué tan bien se ve un objeto a 20 pies de distancia (seis metros). Si el paciente identifica las letras en un examen óptico tiene “visión normal”.
Hace 20 años, la Humanidad entró una Nueva Era de su existencia. Relojes y calendarios fueron los guías.
Así, el inicio del Año 2000, del Siglo 21 y del Tercer Milenio emocionó a millones de personas en todo el planeta que, desde su posición en esa línea temporal llamada Historia, intentaron visualizar el futuro que trajo el 2020.
Ahora, a dos semanas del fin de año, ¿podemos recordar qué tan nítida era la visión 2020 que se delineó hace dos décadas sobre la llegada del esperadísimo Siglo 21 y el mítico Tercer Milenio?
¿Corresponde la imagen que se forjó en nuestra mente del mundo aquel que traía consigo el arribo del Y2K (o año 2000)? ¿El paisaje que hoy conforma nuestro entorno se parece al que “vimos” hace 20 años?
Década, ¿empieza o termina?
Como sucedió a fines del siglo pasado, por estos días, en vísperas de arrancar las últimas hojas del almanaque, surgió una nueva discusión sobre cuándo se acaba la década, en 2019 o en el 2020.
Y resulta que ambas opciones son correctas. “El tiempo es lo que marca el reloj”, decía Albert Einstein. Es una convención y su uso está tan extendido que no hay argumentos imbatibles en ninguno de los dos lados.
The New York Times realizó una investigación -que Pictoline simplificó a su estilo- tratando de encontrar fundamentos para justificar un calendario unificado, pero no hubo consensos.
Con todo, se supo que en la mayoría de los trabajos científicos se usa el calendario juliano que cuenta los años a partir del 1 d.C. (año uno del nacimiento de Jesucristo), sin considerar un “año cero” pues el anterior es el 1 a.C. (antes de Cristo). Así, la década actual, que está por terminar, se cuenta del año 2011 al 2020.
El otro “calendario” de aplicación práctica en la actualidad es el usado por la “cultura pop”, dentro de la cual los números cerrados o redondeados son muy celebrados, por eso inicia su conteo empezando con el “año cero” y hasta el 9, de ahí que la década de los años 80 termina en 1989, para mejor festejar el 1990, el 2000 y ahora el 2020, sea o no una visión perfecta.
Adiós 2019. Bienvenido 2020
Aunque en las últimas dos décadas se registraron hazañas científicas y tecnológicas extraordinarias, como interconectar a la humanidad a través de internet; también se dieron terribles casos de odio y violencia: el ataque terrorista del 11 de septiembre a Estados Unidos es paradigmático.
Quizá las sociedades en que vivimos ahora no sean tan diferentes como las que se esperaban 20 años atrás: los autos voladores aún no se popularizan, los robots no dominan el mundo y aún utilizamos combustibles fósiles.
La utopía de un mundo globalizado e interdependiente, ha bajado su velocidad y perdido viabilidad frente al surgimiento de actitudes localistas y la intolerancia “a los otros”.
Muchas naciones están cerrando sus fronteras porque temen que los migrantes que buscan acomodo en países más prósperos, traigan con ellos violencia, enfermedades, religiones diferentes y se queden con las fuentes de empleo.
En lo que va del siglo 21, la Unión Soviética y otras naciones que abandonaron el comunismo siguen guardando distancia de su contrincante tradicional, Estados Unidos, que aunque sigue erigiéndose como el país líder “del mundo libre”, no ha vuelto a mandar a personas a la Luna, aunque se mantiene a la cabeza en el ciberespacio.
En México, la desigualdad es el signo de un desarrollo económico y social sumamente deficiente. Es la potencia número 11 en población y riqueza, pero sigue atado a la desconfianza. La corrupción campea en todos los ámbitos y ninguno de los partidos políticos la han desterrado al estar en el poder. Más aún, aunque la alternancia electoral es una realidad, la democracia aún no da confianza a los ciudadanos y los problemas que genera la inseguridad pública no se asienta.
Hace 20 años había 99 millones 582 mil 251 mexicanos (51% mujeres y 49% hombres). Cuando, dos décadas después, se den las 12 campanadas el próximo 31 de diciembre, se habrán contado 119 millones 530 mil 753 habitantes en México.
De hecho, el 2020 es año para la realización del Censo General de Población y Vivienda; en marzo, los encuestadores del Instituto Nacional de Estadística (INEGI) tocarán todas las puertas de México. Al inicio del Tercer Milenio, el municipio de Saltillo tenía 527 mil 979 habitantes. Hoy son 807 mil 537 saltillenses. (Las cifras para el año 2020 corresponden a la Encuesta Intercensal) ¿Cuánto habrá crecido la capital de Coahuila en este lapso?
Vale la pena reconocer que, en México, la esperanza de vida ha aumentado considerablemente: en 1930 las personas vivían en promedio 34 años; 40 años después, en 1970, este indicador se ubicó en 61; en el 2000 fue de 74 años y en 2020 (considerando datos del último conteo en 2016) es de 75.2 años.
El padrón electoral que integra permanentemente el Instituto Nacional Electoral (INE), a nivel País está integrado por 91 millones 335 mil 387 ciudadanos; hace dos décadas era de 57 millones 483 mil 393 ciudadanos.
En 2000, el litro de gasolina Magna costaba 4.79 pesos; la Premium 5.27 y el Diesel 3.97; todos estos combustibles sólo eran comercializados por el monopolio representado por la empresa paraestatal Pemex. Al arribar al año 2020, en la venta de hidrocarburos participan compañías privadas con capitales mexicanos y extranjeros, que compiten con precios y servicios: la Magna se vende en 19.51 por litro; Premium en 18.94 y Diesel en 18.15 litro.
En el inicio del siglo 21, los saltillenses podían asistir a una de las 32 salas de cine que cobraban en promedio 28 pesos y ya no había -como en los años 70-, permanencia voluntaria. Hoy el boleto de cine ronda los 55 pesos en algunas de las más de 60 salas existentes. El streaming y la televisión restringida han cambiado la forma de ver películas.
Diversos tramos de la frontera de más de 3 mil kilómetros entre México y Estados Unidos -considerada la más activa por el número de cruces, pero también la más asimétrica del mundo- encontrarán al año 2020 con la construcción parcial del llamado “muro de Trump”.
En el 2000 sumaban 8 millones los mexicanos radicados en EU; el año que entra se situarán alrededor de los 13 o 14 millones. Al iniciar el siglo, un millón 100 mil viviendas en México recibían remesas de sus parientes migrantes que radicaban en el vecino país del norte; en 2020, las familias beneficiadas por los envíos de dólares rondan los 2.5 millones.
Lo cierto es que la imagen que muchos tenían de este futuro que nos alcanzó el 2020, sigue cargándonos de pendientes que a pesar del salto de siglo parecen irreparables: el respeto a los derechos humanos, la igualdad de oportunidades para todos los mexicanos, el cuidado del medio, practicar una democracia activa, mayor seguridad público y servicios de salud y educativas más eficientes. ¿Cómo será la vida en 20 años? Quien lo vea.
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