¿Como reaccionar ante las dificultades?

¡…con la fuerza de la palabra!

Todos tenemos problemas y dificultades, el valor que obtienes como ser humano que puedes llegar a ser extraordinario es, ¿cómo enfrentas las adversidades que se te presentan en la vida?

¡Hola!  ¿Cómo te va, mi distinguido y amigo lector?  Espero que esta semana sea excelente y maravillosa.

El día de hoy te quiero platicar una escena familiar, que nos dará pie para el comentario que corresponde.  Una hija va con su padre y le externa que ya no puede con tantas dificultades, que estaba llena de problemas, y que no veía la forma de resolver todo.

El padre que conocía muy bien lo que le pasaba, y aprovechando sus conocimientos en el arte de la cocina, hace lo siguiente:  Toma tres ollas, las llena de agua y las pone a hervir en la estufa, cada una a la máxima flama.

La hija se queda dudosa e incierta, sin saber qué decir, ante lo que estaba haciendo su papá.  Pero hubo algo que le llamó la atención.  Su padre, al ver que el agua ya estaba hirviendo, toma tres productos, y los va echando uno por uno en cada olla.

En la primera echó zanahorias, en la segunda puso un huevo, y en la tercera, café.  Y esperó a que el agua hirviendo hiciera su función en cada uno.

Pasados unos quince minutos, tomó las zanahorias, se las mostró a su hija, y le hizo ver que estaban blandas.  Luego tomó el huevo y le dijo que estaba duro.  Por último, tomó el café, se lo sirvió en una taza, agregándole un poco de azúcar, para que lo disfrutara.

La hija seguía sin entender qué estaba pasando.  A lo que el padre le explica lo siguiente.  El agua hirviendo son las dificultades que la vida te va presentando en tu paso por ella.  ¿Cómo reaccionas ante las adversidades?  Depende cómo te comportes.

Como una zanahoria, que te reblandeces ante los problemas.  Como un huevo, que se pone duro ante lo adverso.  O eres como el café, delicioso y exquisito, ¿ante cualquier problemática?

De ti depende cómo quieras ser ante las dificultades.  Blanda, dura, o deliciosa y exquisita.

¡Qué lección de un padre mirando la forma de que su hija disfrute la vida al máximo!

Cierro como siempre, ...y a seguir pataleando, ¡porque no hay de otra!

Bibliografía consultada:

Las Maravillosas Anécdotas de la Superación Personal.  Editorial Chirre.  Colección Literatura de Superación.

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