Primer debate: Apretando la tuerca electoral del 2024
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Un debate no es un diálogo.
No tiene su serenidad y su capacidad de mutua escucha y comprensión porque un debate es controversia, discusión, polémica, litigio y dialéctica.
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Claro, no ha de llegar a ser un altercado, una disputa. Ha de superar la pura contienda y el sólo enfrentamiento descalificador que no ataca ideas o procedimientos, sino que impacta directamente al adversario en lo personal.
Por eso es un gran desafío diseñar un método en que dos candidaturas debatan para exhibir actitudes, capacidades, fundamentaciones y congruencias esperanzadoras.
METODOLOGÍAS EN EL EVENTO
Un arbitraje y coordinación de sólo pregunta y respuesta a cada uno tendría parecido con un examen profesional. El auditorio espera del debatiente las exposiciones básicas de su propuesta para gobernar.
Espera cada debatiente las preguntas, no sólo de un moderador sino de su mismo adversario, a quien quiere dar su respuesta y, después, preguntarle también algo relacionado con lo mismo, sobre otro aspecto o abrir un nuevo campo de recíproca investigación.
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Las intervenciones del moderador son para señalar límites de tiempo, evitar lo ajeno al tema o señalar alguna infracción por ataque personal al adversario.
Si pregunta el moderador, es para después hacer la misma pregunta al adversario para que los oyentes, presentes o virtuales, puedan comparar y valorar ambos planes o proyectos de mejoría.
Puede haber, en el debate, apasionamiento y emociones en su justa medida para que lo expuesto pueda llegar no sólo al entendimiento, sino también al corazón y a la voluntad, que decide el voto.
LAS PREGUNTAS CIUDADANAS
Se aportan por el gran público receptor en las emisiones de todas las plataformas mediáticas. Se clasifican y seleccionan con sanos criterios que no den entrada a notas discordantes y a desafinaciones en el concierto de antagonismos y diversos ángulos de visión.
Es un cuestionario democrático de primer orden que tampoco puede ser censurado caprichosamente, sino respetado en sus legítimas exigencias críticas.
EL POSTDEBATE
Hubo mucha opinión de vísperas.
Ahora, ya pasado el debate, siempre se quiere señalar un ganador. En realidad no hay quien pueda titularse vencedor entre los participantes. Todo elogio, galardón o título tendrá que ser repartido y compartido. Porque cada uno “ganará” al otro en algún aspecto del vaivén de las tomas de posición. ¿Cada receptor de las transmisiones confirmará o cambiará la decisión de su próxima elección? Difícilmente un debate puede sustituir simpatía o antipatía.
Claro. Sí puede colarse la desilusión en aquellos que siempre esperan que, lo que prefieren, se refuerce y hasta se evidencie.
NOCHE FUGAZ DE 4 MINUTOS
-¿Qué te pareció el eclipse?
-Me enseñó a no eclipsar la luz divina.
-Te lo diré en verso:
Fue una breve noche en vela,
No había que verla de frente
Pues escondía al sol ardiente
Y la Luz de Dios revela.