La pregunta es válida, porque Claudia Sheinbaum, a pesar de ser mujer, representa la continuidad de un AMLO misógino y falto de compasión y empatía para con las mujeres.
Imposible olvidar aquel decálogo fallido lanzado por AMLO ante el alza de feminicidios en 2020. O cuando, el día 9 de marzo del mismo año, en mero Día del Paro Nacional de Mujeres, AMLO lanzó la rifa del avión presidencial. ¿Qué tal la recomendación presidencial a las mujeres para que cuidaran de sus padres en casa previo a la pandemia COVID-19? O cuando dijo que el 90% de las llamadas sobre las violencias contra las mujeres eran falsas, con datos validados por la Secretaría de Gobernación, dirigida por Olga Sánchez Cordero, y el INMUJERES, coordinado por Nadine Gasman Zylbermann.
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¿Dónde estaba Claudia ante esos derrapes presidenciales?, ¿alguién la recuerda refutar a AMLO, cuando éste declaró que las feministas eran conservadoras después de una marcha en la cual exigieron derecho al aborto y fin de la violencia de género en 2021?
¿Quién tiene recolección de Claudia yendo en contra de AMLO, cuando éste atacó de manera misógina a Norma Piña, Denise Dresser y Xóchitl Gálvez a lo largo de 2023?
¿Alguién miró a Claudia, al menos en su ejercicio de gobierno en la CDMX, ir en contra de esas conductas misóginas y autoritarias del presidente de la República?
En qué momento, Claudia levantó la mano para rechazar la falta de recursos para el Programa de Apoyo para Refugios especializados para Mujeres Víctimas de Violencia de Género, sus hijas e hijos: aumentó solo un 10.3% en términos reales, de 2018 a 2024 (Red Nacional de Refugios y Fundar: 2023)
O, para protestar por las 3 mil mujeres que mueren, con violencia, cada año. Aunque solo un 25% de esos casos es tipificado como feminicidio (El País: 25-11-2023).
O, para acompañar a miles de mujeres en contra de este terrorífico dato: “Cada día, en promedio, son violadas 243 mujeres mayores de 18 años en México; la impunidad prevalece en la mayoría de estos delitos” (Fuente: Senado de la República: agosto 2023).
O, para solidarizarse con las madres buscadoras de los 114 mil mujeres y hombres desaparecidos en México, ante el rechazo de AMLO para reunirse con ellas.
O, para abrazar a las madres de los 3 mil niños -o más- con cáncer, que murieron por el desabasto de medicamentos especializados para tratar su enfermedad.
O, para decir, no señor Presidente, por favor no cancele las estancias infantiles porque le quitará oportunidades de crecimiento laboral y educativo a las madres de familia; y menos, otorgue al Partido del Trabajo -de Alberto Anaya-, 800 millones de pesos para los Centros de Desarrollo Infantil coordinados por la esposa de Anaya (Forbes: mayo 16, 2019).
A pesar de sus supuestas credenciales feministas de antaño, Claudia nunca tuvo la dignidad, menos la valentía, para oponerse a la visión misógina y autoritaria del hombre que la llevaría a la candidatura de la presidencia, que era, al final, su principal preocupación.
Por eso hoy, puede lanzar una oferta de campaña en la cual promete “garantizar la paridad de género en puestos públicos, combatir la violencia digital y eliminar la brecha salarial”; sin embargo, ¿qué mujer le puede creer y votar por ella?
Solamente lo harán, aquellas mujeres que como Claudia creen a pie juntillas, con los ojos cerrados y su corazón e inteligencia blindados por una falta de sororidad, en las palabras de AMLO: “Ya quedó atrás la consigna ‘la Cuarta Transformación debe ser feminista o no será’: Ya la Cuarta Transformación es feminista, ya eso se logró” (Gobierno de México: 8 marzo 2023).