Saber perder, todo un arte en política: Da Rishi Sunak lección a Marko Cortés y Alito Moreno
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Con el ánimo de propiciar una comparación ilustrativa, comparto con usted un fragmento del discurso pronunciado por el ex Primer Ministro del Reino Unido, Rishi Sunak, el pasado 5 de julio de 2024, después de la derrota abrumadora del Partido Conservador.
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“Buenos días, en breve me reuniré con Su Majestad el Rey para ofrecerle mi dimisión como Primer Ministro.
“Al país, primero que nada, me gustaría decirle que lo siento. He dado todo de mí en este trabajo. Pero han enviado una señal clara de que el gobierno del Reino Unido debe cambiar... y el suyo es el único juicio que importa.
“He escuchado su enojo, su desilusión; y asumo la responsabilidad de esta derrota. A todos los candidatos y activistas conservadores que trabajaron incansablemente, pero sin éxito, lamento que no hayamos podido entregar lo que su esfuerzo merecía.
“Me duele pensar cuántos buenos colegas, quienes contribuyeron tanto a sus comunidades y a nuestro país, ahora ya no formarán parte de la Cámara de los Comunes. Les agradezco su arduo trabajo y su servicio. Tras este resultado, dimitiré como líder del partido”.
Comparemos este mensaje de viva voz, con lo que dicen y hacen en México los dirigentes de los partidos de oposición. Asumen la aplanadora morenista de manera tan bochornosa, que en ella misma encontramos gran parte de la razón de su derrota.
En el nivel federal, Marko Cortés y Alejandro Moreno decidieron atrincherarse con los suyos. Aferrarse como perros rabiosos a las prebendas partidistas: fuero o impunidad, financiamiento público y espacios para negociar como interlocutores del gobierno. Decidieron culpar a un pasado que se remonta a seis, doce, dieciocho y hasta veinticuatro o treinta años.
A decir de ellos, los responsables de su derrota pertenecen al pasado. Según sus palabras, ellos mismos, están libres de toda culpa, poco importa que hayan ejercido un control absoluto sobre sus partidos durante el sexenio que está por terminar.
En el nivel local la cosa no es muy distinta. Piedras Negras es la cuarta ciudad más grande del Estado, también es la mayor de las alcaldías que perdió el PRI en Coahuila. Triunfalista y miope, el PRI no esperaba esta derrota. A ella se suman las alcaldías de Allende, Nava y Zaragoza en el Norte; Viesca y Francisco I Madero en la Laguna.
Al día de hoy, ni el gobernador Manolo Jiménez ni la alcaldesa Norma Treviño han tenido la decencia de reconocer el adverso resultado que obtuvo su partido en la frontera más importante de Coahuila. Si bien no impugnaron los resultados, han optado por ignorar el veredicto ciudadano. Una clara falta de respeto a la voluntad popular.
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El PRI en Coahuila quería carro completo y no lo consiguió. Todo indica que ya no volverán a lograrlo en futuras contiendas, los años de la aplanadora quedaron atrás, como un dato para la historia. De la mano de Alito Moreno, los priistas coahuilenses van camino a su desaparición. Mientras eso sucede, a nivel federal se está configurando un nuevo sistema político, al que no podrán chantajear como en su momento hicieron con los gobiernos de Fox y Calderón.
Aplauso y respeto al ex Primer Ministro del Reino Unido. Perder y reconocerlo no es algo grato, menos aún en la política, me consta. Pero en la política como en la vida, no hay mejor forma de enfrentar la adversidad que reconocerla.