Saltillo: Abasto de agua, no se trata sólo de tener más

Uno de los retos más importantes que las poblaciones del semidesierto enfrentan, de forma permanente, es el de garantizar el abasto de agua para el presente y de cara al futuro. Para enfrentarlo es preciso tomar acciones concretas que pasan, en primer lugar, por mejorar la gestión de dicho recurso.

No se trata solamente de identificar nuevas fuentes de abastecimiento e inyectar más líquido a las tuberías. Se trata, también, de eficientar el uso que se hace de éste, incorporando mecanismos que permitan usar el agua tratada y aprovechar la de lluvia, entre otros.

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Sin embargo, poco se ha avanzado en esta última asignatura en los últimos años pues, a pesar de que la realidad nos convoca de forma permanente a reaccionar ante la escasez, mantenemos el esquema clásico de utilizar, casi exclusivamente, para todas las necesidades de la ciudad, agua limpia de primer uso.

No debe extrañar por ello que, frente al crecimiento que ha experimentado la ciudad, lo cual se ha traducido en una creciente demanda de líquido, el sistema que administra la empresa mixta Aguas de Saltillo (Agsal) se enfrente a una crisis que obliga a realizar importantes inversiones de forma urgente.

Esta realidad es la que nos alcanzó ayer, cuando el Cabildo de la Ciudad inició el proceso de análisis de una petición que el Consejo de Administración de Agsal le remitió para, de aprobarse por parte de nuestros representantes, contratar una línea de crédito por 150 millones de pesos que, se argumenta, son necesarios para realizar obras de carácter urgente.

Dichas obras tendrían el propósito, en lo inmediato, de incorporar entre 150 y 250 litros por segundo adicionales a la red actual, con los cuales se garantizaría el abasto a los hogares, negocios y empresas de la zona urbana de Saltillo en el futuro inmediato.

Tales recursos, sin embargo, son solamente una parte de las inversiones que, de acuerdo con el Consejo de Administración de Agsal, son necesarias para evitar una crisis del sistema en el mediano plazo. Además del referido crédito sería necesario inyectar casi 360 millones de pesos adicionales.

La cifra es importante, sin duda, y es preciso por ello analizar con todo cuidado el proyecto que se ha sometido al Cabildo. Pero más importante aún es realizar un análisis de fondo del problema y ese tiene que ver con la viabilidad futura de la ciudad.

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¿Puede Saltillo seguir creciendo, como lo ha hecho en las últimas décadas, pese a no contar con la garantía de fuentes de abasto de agua? ¿Puede sostenerse el esquema actual, centrado en el uso de agua limpia de primer uso, sin que se realicen inversiones para incorporar nuevos mecanismos de aprovechamiento del vital líquido?

Se trata de preguntas que merecen una respuesta puntual, pero que, antes, debieran obligarnos a la recreación de una discusión seria e informada, relativa al reto que implica gestionar un sistema de agua como el nuestro, en las condiciones que nos impone la naturaleza.