Saltillo, Arteaga y Ramos Arizpe: Los pendientes de la integración metropolitana

Opinión
/ 29 mayo 2024

La zona metropolitana que integran los municipios de Saltillo, Arteaga y Ramos Arizpe, es una de las que a nivel nacional presenta el crecimiento más dinámico. Fenómenos como la relocalización de empresas, al que ahora nos gusta llamarle nearshoring, la migración, entre otros, están presentando nuevos retos.

La Oficina de Reducción de Riesgo de Desastres de las Naciones Unidas estima que por cada dólar invertido en prevención se pueden ahorrar hasta 15 en recuperación de desastres. Si bien esta regla se aplica a la gestión de riesgos, es también aplicable a otros escenarios donde la prevención es imprescindible.

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Para el caso de los procesos de metropolización hay mucho que se puede hacer en el terreno de la prevención y que tiene el potencial de ahorrar considerablemente recursos, tanto públicos como privados.

Si bien, para el caso de la Zona Metropolitana de Saltillo, se pudiera pensar que ya no hay mucho que se pueda hacer preventivamente, considerando el avance que tiene la integración de los tres municipios que la componen, existen acciones para las que todavía estamos a tiempo de adoptar y que mantienen aún el potencial antes referido.

Una de estas acciones es el establecimiento de acuerdos de coordinación metropolitana. Considerando la renovación de las Alcaldías de estos tres Ayuntamientos, se tiene una oportunidad extraordinaria de acordar, con la también entrante administración estatal, la manera en que se coordinarán los esfuerzos de gestión de la zona.

Si bien los municipios tienen libertad de gestión interna, para los temas metropolitanos se requiere la intervención del Gobierno del Estado. Por lo anterior, la necesidad de coordinación es de enorme relevancia. Esta coordinación precisa, por supuesto, de voluntad entre los tres Ayuntamientos y la administración estatal, lo que hasta el momento ha existido, aunque aún no en la conformación de este tipo de acuerdos, pero se vislumbra un escenario prometedor.

Al efecto, la segunda acción relevante consiste en la armonización reglamentaria. Al no existir una autoridad metropolitana (conforme al artículo 115 constitucional, no puede existir autoridad intermedia entre municipio y estado), es necesario que los Ayuntamientos, con el apoyo del Gobierno del Estado, logren un marco reglamentario armónico que permita un escenario de congruencia normativa.

Esta congruencia normativa es de la más alta trascendencia, particularmente cuando hablamos de seguridad jurídica y certeza jurídica, pero también cuando hablamos de dotación de servicios, así como cuando llegamos a la atención de problemáticas relevantes de interés metropolitano.

Otra de las acciones necesarias es el replanteamiento de la movilidad intermunicipal en la zona metropolitana, con el correspondiente análisis de pertinencia para la creación de nuevas rutas metropolitanas de transporte público. La movilidad eficiente y funcional es uno de los componentes más relevantes en la integración metropolitana, por lo que entender las problemáticas actuales de conectividad y proyectar los escenarios futuros es fundamental.

Es también de enorme importancia definir una cartera de proyectos metropolitanos, tanto de obra como aquellos que van anclados a alguna política pública. Definir los proyectos que darán forma a la región en el mediano y largo plazo es muy necesario. En este sentido es alentador ver que el Plan 2023-2029 del Gobierno del Estado, presentado este lunes, contempla en el apartado de Proyectos Estratégicos algunos que abonan a este aspecto en particular, especialmente algunas de las obras consideradas en el punto 20 de este apartado.

Como es obvio, no se puede hablar de proyectos estratégicos si no existe un organismo que lleve la planeación estratégica metropolitana y, con ella, la curaduría de estos proyectos. Igualmente la estadística de la zona y los estudios propios de la metrópolis requiere de un gestor permanente que se haga experto en el tema.

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Ya la Ley General de Asentamientos Humanos, Desarrollo Urbano y Ordenamiento Territorial, así como la propia del Estado, contemplan este nivel de organismo, por lo que existe ya el andamiaje para que esto se traduzca en una realidad. Actualmente contamos con previsión legal de organismos regionales, que podrían cumplir también con ese carácter por la compatibilidad de funciones que tienen asignadas.

Actuar de manera preventiva en la dotación de los insumos necesarios para una adecuada integración, garantizará para la Zona Metropolitana de Saltillo un futuro posible.

jruiz@imaginemoscs.org

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