Saltillo: ¿Es rentable invertir en transporte público?

Opinión
/ 29 junio 2025

Muchas veces, hablar de transporte público desata de inmediato una discusión sobre cifras y subsidios: cuánto cuesta, cuánto se recupera, qué implica para las finanzas municipales. La pregunta que muchos se hacen —con una miopía alarmante— es si el transporte público es rentable desde el punto de vista estrictamente financiero. Y esa pregunta, así formulada, revela exactamente cuál es el problema: la incomprensión de lo que significa rentabilidad social y económica en una ciudad moderna. También revela hasta qué punto el sentido común neoliberal se arraigó en buena parte de nuestra sociedad.

Medir la rentabilidad del transporte público únicamente en términos del ingreso directo obtenido por tarifas, frente a lo invertido por el municipio, es un enfoque equivocado y reduccionista. La verdadera rentabilidad del transporte público se refleja en múltiples dimensiones que no aparecen en las hojas de cálculo de los contadores municipales: calidad de vida, productividad económica, competitividad regional, salud pública y medio ambiente.

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Un sistema de transporte público eficiente reduce significativamente los tiempos de traslado, lo cual incrementa la productividad de las empresas al facilitar que sus trabajadores lleguen puntualmente y menos fatigados. En ciudades como Saltillo, altamente industrializadas, esto puede significar incrementos sustanciales en el PIB regional, superiores por mucho al costo de la inversión inicial.

Además, un buen transporte público reduce la congestión vial, lo que implica menos contaminación, menos enfermedades respiratorias y menos gasto público en atención médica. Se trata de ahorros indirectos enormes que no se contabilizan cuando se reduce el debate a ingresos y egresos directos.

En contraste, la falta de inversión en transporte público ha empujado a los saltillenses hacia el uso de vehículos particulares: autos viejos, contaminantes, inseguros, que congestionan nuestras calles y elevan significativamente el gasto familiar. Este fenómeno genera pérdidas enormes en términos de tiempo, productividad y calidad del aire. Según estimaciones propias basadas en metodologías del Banco Mundial, Saltillo ha perdido ya varias veces más en productividad y salud pública debido a la falta de inversión oportuna que lo que habría costado resolver esta crisis a tiempo.

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La rentabilidad social de un sistema eficiente de transporte público está plenamente demostrada en las grandes ciudades del mundo. Lo que no es rentable, lo que resulta francamente irresponsable y hasta absurdo, es seguir tirando millones en publicidad gubernamental o en el reparto de despensas partidistas, como ha hecho durante años el grupo político en el poder. En lugar de ello, urge invertir esos recursos en transformar de raíz nuestro sistema de transporte público.

¿Es rentable invertir en transporte público? Desde luego que sí, siempre y cuando abandonemos la visión miope del beneficio inmediato y entendamos que estamos invirtiendo en la salud económica y social de Saltillo para las próximas décadas. La pregunta correcta no es si podemos permitirnos invertir en transporte público, sino si podemos permitirnos no hacerlo.

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“Me dirijo a la juventud, a aquellos que cantaron y entregaron su alegría y su espíritu de lucha”

Antonio Castro (1995) es licenciado en economía por la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma de Coahuila (UAdeC). Oriundo de la ciudad de Saltillo, Coahuila. Pertenece activamente a la sociedad de pensamiento crítico de América Latina capitulo México (SEPLA-México). Desde el 2019 es responsable como enlace en Coahuila de la Red Estatal de Círculos de Estudio del Instituto Nacional de Formación Política del partido morena. Se distingue como un fiel opositor del sistema capitalista y como un febril militante del obradorismo. En pie de lucha desde el fraude del 2006 a la edad de 11 años. Militante fundador del partido Morena en el otoño de 2014. Se asume como promotor de la 4ta Trasformación en el barrio.

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