Saltillo: Faltan cultura vial, privilegiar al peatón, un transporte público de calidad y una conectividad efectiva

Cada tres años nace un Saltillo, pues cada tres años emprenden nuevas estrategias para la solución de problemas incumplidos, pero con reglas distintas. Cuando Javier Díaz fue elegido para contender por la Presidencia Municipal, hacía declaraciones con asiduidad sobre la problemática relativa al transporte público, proponiendo su solución. Asimismo, explicaba medidas a tomar por la ausencia de una conectividad eficaz que estresa a los conductores.

Debemos ser congruentes, objetivos y aceptar cuando se implementan acciones cuya aplicación no llega con éxito por la falta de capacidad para dimensionar las consecuencias. En Saltillo el tema que desde hace tiempo ha sido motivo de controversias es el referente al transporte público, a la conectividad y a la cultura vial, donde han dejado a su suerte al peatón entre miles de vehículos que circulan por nuestra ciudad.

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La conectividad no ha demostrado ser útil en el trajinar diario, pues el desahogo del tráfico es inacabable, ya que en todas las vías se observan miles de vehículos cuyo crecimiento ha sido acelerado igual que el número de habitantes. Para su operación se ha implementado una serie de reglas, entre las que destaca la detección de la velocidad que imprimen los automovilistas por medio de cámaras y cuyo incumplimiento les son notificadas con la consabida infracción y, claro, su multa a pagar.

Algunas reglas de tránsito se basan en razonamientos obtusos e incluso hasta por falta de sentido común por parte de los oficiales apostados en las vías, que son defendidas en forma imperativa, como en las zonas donde se encuentran los pasos a desnivel, sin tomar en cuenta que hay criterios en materia de desarrollo urbano que dictan que la velocidad no debe ser la misma que la que imponen a una vialidad secundaria.

Un riesgo importante que no debe pasar desapercibido es el olvido del desplazamiento de miles de peatones que hacen lo imposible por encontrar su camino sin peligro; infortunadamente la ciudad está hecha sólo para vehículos sin tomar en cuenta la existencia de los peatones, por lo que es imprescindible que dentro de las leyes de la materia sean ajustadas las directrices para darles protección, pues ellos también forman parte de la dinámica de una ciudad de un millón de habitantes que contribuyen al desarrollo de la ciudad.

Desgraciadamente en Saltillo no existe una cultura vial integral impulsada por la autoridad, pues la reglamentación sólo habla de generalidades sin hacer hincapié en una difusión profusa que otorgue preeminencia al acatamiento normativo por conductores y peatones, no sólo concretarse a publicar una lista de violaciones a las reglas y el monto de la multa.

Es necesario capacitar permanentemente a toda persona susceptible de hacer uso de las vías públicas mediante la cultura de la prevención, como por ejemplo que el peatón cruce las calles por las esquinas, que el automovilista respete las líneas amarillas plasmadas en las bocacalles para el cruce de los peatones, que la velocidad y la señalética obligatoriamente sea respetada, que se conserven dentro de nuestro vehículo depósitos de basura, etcétera.

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Tal vez por la escolaridad de algunos de los elementos pertenecientes a las corporaciones de seguridad y tránsito infieran en una actitud coercitiva, acciones cuya imagen es degradada, demeritando el trabajo de la autoridad municipal, por lo que esa práctica debe ser desterrada.

Coincido en que es sumamente necesario regular la velocidad vehicular bajo el procedimiento lógico y congruente, en que primero se instruya a la población y luego se vigile el cumplimiento de las reglas, pues ahora mismo la impresión que se da es ver en cada conductor una fuente para obtener dinero y no como una oportunidad, en muchas ocasiones, para salvar vidas.

Señor alcalde: la pelota está en su cancha, ahora le toca poner en práctica las palabras comprometidas en su estreno, cuya medición la llevaremos puntualmente, ¿sabe por qué? Por amor a Saltillo.

Se lo digo EN SERIO.