Saltillo: los retos que impone ser la ciudad más competitiva

Como se ha informado de manera puntual, Saltillo ha sido definida como la ciudad más competitiva del país, un hecho que todos debemos celebrar porque se trata de la conquista de un galardón relevante. Sin embargo, además de la celebración, es preciso reflexionar sobre algunas cuestiones que se encuentran alrededor del referido galardón.

La más relevante en este sentido es la necesidad de comprender que el ser la ciudad más competitiva no implica, necesariamente, ser la ciudad más vivible o, para decirlo con mayor claridad, no implica ser la ciudad que ofrezca la mejor calidad de vida a sus habitantes.

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En otras palabras, aun cuando nos encontremos en la cima de la competitividad a nivel nacional, es preciso tener en cuenta que existen retos que deben ser asumidos por las autoridades municipales a fin de ofrecer mejores condiciones de vida a los saltillenses.

Al respecto, es necesario insistir en que, de acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), autor del ranking en el cual hemos aparecido en primer lugar, Saltillo tiene retos importantes en materia de tratamiento de agua, densidad poblacional y personal de salud.

Además de lo señalado por el IMCO, sin duda es necesario tener en cuenta que una asignatura pendiente en la capital de Coahuila es la movilidad y ello implica que el Gobierno Municipal debe realizar esfuerzos particulares para mejorar en este rubro.

En otras palabras, no se trata solamente de ser competitivos, sino de que quienes habitamos la capital de Coahuila tengamos la mejor calidad de vida posible y ello tiene que ver con el hecho de entender que la vida personal no puede medirse en términos estadísticos.

Como ya se ha dicho, poner el énfasis en los aspectos que aún debemos esforzarnos en mejorar no implica demeritar el logro que la ciudad ha conquistado al ser reconocida como la más competitiva del país, sino asumir que no se trata de la única variable a tener en cuenta.

Para decirlo en otras palabras, de lo que se trata no es de no regodearse en el éxito obtenido, sino de explorar la ruta para que obtengamos los mayores beneficios posibles de este, a partir de tener claro que lo relevante no es observar un número en una gráfica, sino que las personas, a nivel individual y en la mayor proporción posible, perciban dichos beneficios.

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Y es que ser la ciudad más competitiva del país no es un fin en sí mismo, sino un parámetro que nos permite considerar la calidad de vida como una variable central para medir la satisfacción que nos produce formar parte de esta comunidad e incrementa el orgullo de ser saltillenses.

Valdrá la pena por ello que no caigamos en el espejismo de considerar que la simple competitividad es suficiente para cantar victoria, sino que consideremos a esta importante variable como un elemento de un esquema más amplio al cual aspiremos de forma permanente.