Siempre estar presentes: Cómo ser padres de adolescentes

Opinión
/ 31 octubre 2024

Ser padre de adolescentes es una de las tareas más complicadas en la actualidad. La etapa de la adolescencia puede ser como una montaña rusa, ya que los jóvenes se vuelven más independientes, experimentan cambios hormonales y pueden tener cambios de humor. Muchos adolescentes actúan de forma impulsiva y toman riesgos, haciendo cosas sin pensar en las consecuencias.

Estos cambios no son sólo señales de la adolescencia, sino una parte normal del crecimiento. Estos cambios indican un momento en el que su hijo adolescente está experimentando transformaciones en su cerebro que afectan su forma de actuar y de tomar decisiones. Las áreas del cerebro encargadas de pensar antes de actuar, evaluar situaciones y elegir qué hacer, son las últimas en desarrollarse, según la ciencia del cerebro. Hasta que el cerebro de su hijo adolescente esté completamente desarrollado es posible que necesite ayuda para pasar por estos años difíciles.

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Durante la adolescencia el cerebro cambia mucho. El área del cerebro que controla las emociones, conocida como sistema límbico, se desarrolla antes que la parte que se encarga de tomar decisiones y regular los impulsos, llamada corteza prefrontal. Esta falta de equilibrio en el crecimiento es la razón por la cual los adolescentes suelen actuar de forma impulsiva frente a situaciones emocionales, ya sea por emoción o miedo.

El área frontal del cerebro sigue creciendo durante la adolescencia y al principio de la edad adulta. Pero eso no quiere decir que otras partes del cerebro no estén funcionando bien, las áreas que nos hacen sentir bien y las partes emocionales del cerebro están muy activas. El cerebro de una adolescente es como un coche rápido que puede ir muy rápido, pero que tiene dificultades para frenar. Los cambios en la forma en que actuamos impulsivamente y tomamos riesgos pueden ser causados por cambios en una parte importante de nuestro cerebro que controla la motivación y cómo vemos las recompensas. En resumen, nuestro lóbulo frontal está madurando.

Durante su etapa de crecimiento, los jóvenes enfrentan grandes peligros porque se dejan llevar más por la emoción de posibles premios que por los resultados reales. Esta sensibilidad extra a las recompensas, como la dopamina, puede hacer que los adolescentes busquen actividades nuevas y emocionantes, aunque sean arriesgadas.

Esto quiere decir que los adolescentes sienten emociones intensamente, pero aún no han desarrollado completamente la habilidad de controlar sus reacciones a esas emociones. A diferencia de los adultos, que pueden detenerse a reflexionar (al menos algunos adultos), los adolescentes tienden a actuar sin pensar en situaciones estresantes o emocionales.

La etapa de la adolescencia es muy importante para influir en cómo será el cerebro y el comportamiento de su hijo adolescente en el futuro. Ahora que entiendes mejor lo que está sucediendo en su mente, ¿por qué no aprovechar esto para conectarte con ellos en lugar de sentirte frustrado o ansioso? Aquí te damos algunas formas de ayudar a tu hijo adolescente a sobrellevar esta etapa difícil y a desarrollar un cerebro más resistente y fuerte:

1) Establecer un lugar seguro para hablar libremente: Fomentar charlas sinceras sobre cómo se sienten y las decisiones que toman. Que digan lo que piensan sin criticar, así se sentirán comprendidos y respaldados.

2) Enseñarles acerca de su cerebro. Cuando apoyas a tu hijo adolescente a comprender lo que está pasando en su cerebro en desarrollo, le estás ayudando a ver que sus emociones y pensamientos son normales durante la adolescencia. Esto puede ayudarles a reflexionar más antes de decidir qué hacer, en vez de actuar sin pensar.

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3) Promover la capacidad de resolver problemas. En vez de dar respuestas, ayúdales a encontrar la solución paso a paso. Hacer preguntas que les hagan reflexionar sobre sus decisiones y lo que podrían pasar.

4) Anime a las personas a tomar el control de sus vidas. Ofrezca alternativas más concretas para que puedan elegir por sí mismos. Cuando los jóvenes pueden decidir por sí mismos, se sienten más responsables y dignos de confianza. Seguir haciendo las cosas que les gustan de forma regular puede ayudarles a sentirse más ordenados y capaces de valerse por sí mismos.

5) Enseñe formas de controlar las ganas de hacer algo impulsivamente. Proporcione técnicas útiles para controlar los impulsos, como detenerse antes de actuar, fijarse metas pequeñas y motivarse con recompensas al tomar decisiones acertadas.

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