Tiempos difíciles
en la economía
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Se acaban de anunciar dos datos importantes que definirán el rumbo de la economía a partir de hoy y hasta que termine el año; la inflación y la tasa objetivo del Banco de México. En el primer caso, la inflación llego a 7.68% a tasa anual, sosteniéndose aún por arriba de lo deseado a estas alturas del año, de un 4.5%. En el caso de la tasa objetivo, ayer aumentó 50 puntos base para llegar a 7%. Con todo lo anterior se pueden empezar a vislumbrar las tendencias económicas que prevalecerán al menos el siguiente semestre.
Para comenzar, los réditos comerciales van a aumentar de manera considerable en las siguientes semanas, si ya de por sí andaban en las tarjetas de crédito por arriba del 70%, con este nuevo incremento podrían verse ya algunos productos financieros crediticios por arriba del 80%. El riesgo de las tasas altas es que frenan la posibilidad de crear nuevos negocios y por lo tanto de fomentar el empleo. Lo peor es que es muy probable que sigan los aumentos de la tasa objetivo hasta que no empiece a ceder de manera considerable la inflación.
A pesar de todo, el último dato señala que la tendencia a los precios altos estará entre nosotros al menos otros dos meses. Con el ajuste de hoy se podría esperar una baja por allá del mes de agosto. Hasta el momento, los primeros dos aumentos del Banco de México en la tasa objetivo no han tenido un efecto directo en la inflación, por lo que podemos afirmar que una parte de esta problemática es externa. Esto significa que lo que importamos en materias primas y la integración a cadenas productivas internacionales, nos está impactando en nuestros propios costos. Por ello, los aumentos de tasas no tienen efecto aún.
Llama la atención que el empleo siga aumentando de manera considerable, pero es muy claro que esto se está llevando a cabo a costa de los salarios. Los empleados ahora tienen una doble amenaza, por un lado los salarios bajos que cada vez compran menos productos y servicios y por el otro las deudas empezarán a crecer, por lo que el fantasma de la amenaza al patrimonio vuelve a presentarse como a finales de los años noventa. Este concepto se refiere a la situación en la que un empleado que gana poco, compra cada vez menos por una inflación moderada pero constante, y para poder mantener su nivel de vida recurre al crédito para pagar vacaciones, comprar un auto nuevo, pagar una que otra colegiatura etc. La consecuencia es que los intereses se vuelven tan pesados que ya no puede pagar el capital en sus aportaciones mensuales, sino sólo intereses. La consecuencia es que, al mantenerse la inflación por más de un año, la persona simplemente deja de pagar sus deudas, y viene el shock para toda la economía en su conjunto. En este momento estamos iniciando este ciclo y se tiene que vigilar muy de cerca. Este es el riesgo financiero de la economía, el ocasionar patrones de consumo “ficticios” que corren el riesgo de no liquidarse.
Otra consecuencia de los indicadores presentados inicialmente será la atracción de capitales golondrinos. Al aumentar las tasas de interés con un tipo de cambio peso-dólar muy estable, llegarán una cantidad importante de estos a México a la Bolsa de Valores y a los bancos, que nuevamente tendrán las arcas llenas de dinero para prestar a tasas muy altas que nadie querrá. En consecuencia, los servicios financieros se van a encarecer para poder pagar los réditos a los capitales extranjeros, y cuando empiecen a retirarse, prepárese para un aumento en el tipo de cambio. La combinación de inflación moderada con tasas financieras al alza, es ideal para el mercado especulativo en monedas y metales preciosos y da también impulso a las bolsas de valores nacional, aunque con muchos altibajos.
Los cetes a 28 días ya están en 6.97% como resultado de la última subasta, indicando en el libre mercado de dinero, el proceso inflacionario de la economía en general. Para el mes siguiente seguramente habrá una inflación de 8% y las necesidades financieras del país tendrán que ajustarse. Lo peor será para el gobierno federal que ante los costos del dinero, si quiere pedir prestado, tendrá que pagar intereses muy altos por el crédito. Hay que recordar que hasta el momento, la decisión de no subir los impuestos ha ocasionado una erosión importante de los recursos gubernamentales. Ya no hay ninguna reserva monetaria y no vamos ni a la mitad del año. Forzosamente se tendrá que pedir prestado, con dos efectos negativos, tasas de interés muy elevadas y el endeudamiento del país de largo plazo, comprometiendo el futuro nacional.
Con 8 millones más de pobres en el país de 2021 a lo que llevamos de 2022, una inflación al 8% podría generar dos millones más en un año, ¿cómo sale este resultado? Piense en los siguiente, el 80% de los mexicanos vive con 8 mil 500 pesos mensuales o menos; 15 millones de mexicanos ganan entre dos y tres salarios mínimos, esta es la población más vulnerable en relación a la inflación y a tasas de interés más altas. Cada día que pasa sus ingresos se erosionan más y por ello dos millones de personas están en riesgo de pobreza debido a la inflación. Por todo lo anterior, el reto es evitar la escalada de precios a como dé lugar para que no haya más deterioro de la calidad de vida de los mexicanos.