Trata de menores: Historia de la infancia robada en México

Opinión
/ 5 diciembre 2024

No es ningún secreto afirmar que dentro de los grupos de la delincuencia organizada existen traficantes de menores para abastecer los prostíbulos de todo el país

Ella parecía ser una muchacha como cualquiera. Tenía dos ojos, una boca, dos piernas y el encanto que toda mujer, por el simple hecho de serlo, suele tener. Era conocida por su hermosura. No podía salir a la calle sin que recibiera los acostumbrados piropos de cuantos hombres la veían. Las demás jóvenes del barrio le envidiaban su cuerpo, sin embargo, ella era una niña de apenas 13 años.

Un día, la pobreza la llevó a pedir un trabajo en una supuesta agencia de modelos. Como era lógico, los empresarios inmediatamente la contrataron, pues vieron que con aquel cuerpo virgen podían obtener muchas ganancias. Ni siquiera le preguntaron si era mayor de edad, sólo se fijaron en su belleza. Y una vez firmado un contrato sin valor legal alguno, le ordenaron que fuera ensayando unos pasitos, pues esa misma noche tenía que bailar y desnudarse para complacer a unos “caballeros” que acudirían a verla.

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Pasó el tiempo y ella dejó de ser una muchacha común y corriente. Ya no se llama como antes, ahora la bautizaron temporalmente como Kasandra. Su hermosa cabellera negra fue teñida y ahora la anuncian como la “Chica de Oro”. Y así ha pasado su vida. Entre las copas de vino, las luces del cabaret y los sucios deseos de cientos de hombres que noche a noche se sueñan entre sus brazos. La necesidad le robó un pedazo de vida, le robó la inocencia. La que era una niña en el corazón, ahora es simplemente una mujer que está obligada a soportar las diarias humillaciones para comer; una mujer que ha perdido hasta su propio nombre y ahora es llamada prostituta, ramera, meretriz, zorra, hetaira, pelandusca, calientacamas, mujer pública, mujer del tacón dorado, gamberra o hay quienes simplemente reducen su nombre a cuatro letras crueles y ofensivas.

¿Usted ha escuchado historias como la de esta muchacha que, siendo muy pequeña aún, fue derrotada por el hambre y vendió su cuerpo por unos cuantos pesos? Si no lo ha escuchado, basta revisar la triste realidad que nuestro país ofrece en cuanto a la trata de personas.

Según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), de enero a junio de 2024 se reportaron 185 casos de víctimas de delito de trata de personas en México. A final del 2023 se reportaron 382 casos. Los estados en los que se han registrado más casos de víctimas de trata de personas de entre 0 y 17 años en lo que va del año han sido Quintana Roo, Ciudad de México, Chihuahua y Estado de México. De los casos de 18 o más años, reportados de enero a junio de 2024, se encontró que el 87.4 por ciento fueron mujeres.

Si bien la trata de personas implica trabajos forzados, prostitución, entre otros, el caso más frecuente de trata es con finalidades de explotación sexual.

No es ningún secreto afirmar que dentro de los grupos de la delincuencia organizada existen traficantes de menores para abastecer los prostíbulos de todo el país. Muchos de ellos fueron raptados o engañados por dichas personas que, con tal de conseguir sexoservidores, amenazan a las víctimas de trata con matar a sus familiares si intentan escapar.

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Uno de los motivos por los que me llamo orgullosamente coahuilense es porque en nuestra entidad están prohibidos los “table dance” y prostíbulos que operan ilegalmente gracias al soborno que reciben autoridades.

Ojalá que a nivel nacional sea penada la trata de personas de la misma manera que la comercialización y consumo de vapeadores, delito propuesto a la par del castigo a los productores de fentanilo, según la propuesta de ley discutida por legisladores mexicanos. Nuestra Presidenta con “a” debe poner especial énfasis en atacar esa forma segura de ingreso de grupos de delincuentes, a través de establecimientos en donde abundan los abusos, la inseguridad, la corrupción y, también, las niñas de inocencia perdida.

aquientrenosvanguardia@gmail.com

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