Tres puntos sobre inflación; no es tan fácil apagarla como dice el Presidente
No escucho la conferencia mañanera del Presidente. En temas económicos, como en todos, hay que distinguir entre el ruido y la realidad, y en la mañanera hay más del primero. Sin embargo, vi un breve video de ayer del Presidente hablando de inflación con el símil de un coche que avanza y se detiene. Algunas anotaciones.
Aquí una cita del Presidente: “Es como cuando −siempre lo menciono− un carro se calienta y se opta, se decide apagarlo. Se calienta, es inflación, el calentamiento es inflación; entonces, se apaga el carro y ya no hay inflación, sí, nada más que ya no camina, ya no hay crecimiento. Y aquí lo que buscamos es haya crecimiento y que no se caliente el carro, no apagarlo”.
Uno: En efecto, se dice que una economía se calienta cuando se está cerca de alcanzar la máxima capacidad para cubrir la demanda por bienes y servicios que hacen las personas, las empresas y el gobierno.
Hoy se reconoce que hay disrupciones del lado de la demanda que presionan los precios al alza. En ese sentido, el alza de tasas de interés hace más caro el acceso al crédito enfriando la demanda por bienes y servicios.
Regresando al símil, no queremos apagar el coche, pero sí queremos que vaya más lento para disminuir los efectos nocivos de la inflación. La subida de tasas −podríamos decirlo así− es la forma de ralentizarlo.
Dos: Los incrementos en precios se dan de forma paulatina y en diferentes magnitudes, pero no son cambios de una sola vez, son movimientos sostenidos que distorsionan la conducta de los agentes económicos, entre ellos y fundamentalmente, las personas.
No podemos apagar el coche repentinamente porque eso implicaría una colisión. Tampoco podemos bajar la inflación con la rapidez que nos gustaría. Los ciclos de picos y disminuciones inflacionarias toman alrededor de dos años y si este es un fenómeno principalmente monetario, habrá que esperar a que la política de tasas de interés surta efecto.
Tres: Este apunte versa sobre lo mencionado del precio de la gasolina. El Presidente señaló que dado el incremento en el precio del petróleo, el año pasado se decidió que con “ese excedente se aplicara un subsidio para que no aumentara el precio de las gasolinas. Hicimos un balance, las cuentas y nos alcanzó el excedente para que no aumentara el precio de la gasolina, porque sabíamos que si aumentaba el precio de la gasolina iba a ir más alta la inflación”.
Una precisión. No alcanzó el excedente. El costo para las finanzas públicas de ese “subsidio” fue de 128 mil millones de pesos.
Ojalá los fenómenos inflacionarios fueran tan fáciles de contener como apagar un coche. Desafortunadamente no lo son.