Una presidenta autónoma, no una marioneta
COMPARTIR
Los hechos son muy tercos. La encuesta de Reforma mostró una realidad ineludible: Claudia Sheinbaum conserva una amplia ventaja sobre Xóchitl Gálvez en la carrera por la Presidencia. Desde luego ya se ha dicho que las encuestas son la fotografía de un instante, y falta buen tiempo para el 2 de junio. Sin embargo, las letras no pueden contradecir a los números, y hoy por hoy los guarismos favorecen a la candidata oficialista sobre la abanderada de la oposición. (Del esquirolito del MC no digo nada porque no hay nada que decir). Algo me llamó la atención −y me agradó− de esa encuesta. Ante la pregunta: “¿Cree que Claudia Sheinbaum debe apoyar las reformas que AMLO propuso o debe impulsar su propia agenda y proyecto de País?”, el 51 por ciento de los interrogados opinó que debe impulsar su propia agenda, y no las reformas de López Obrador, opción que recibió sólo el 40 por ciento de los apoyos. A mi modo de ver, eso constituye una especie de voto de censura a las iniciativas de López y un llamado a Sheinbaum para que en caso de ganar la contienda haga su propio gobierno, y no una continuación del de su predecesor. La señora debe tomar muy en cuenta esa opinión. Los ciudadanos, incluidos entre ellos los partidarios de AMLO y sus propios seguidores, no quieren lo del segundo piso para la 4T. Desean tener una Presidenta con su propia personalidad, su propio estilo de gobernar y sus propios programas y proyectos. Así las cosas, lo primero que tendrá que hacer la candidata gobiernista, si obtiene el triunfo, será mostrar su autonomía frente a quien la escogió como su sucesora, de modo que la ciudadanía vea que no eligió a una marioneta, sino a una mujer dueña de sí misma y que no será instrumento en manos de un caudillo, ni permitirá la instauración de un maximato, por poderoso que sea quien le entregó el bastón de mando. La historia y la tradición señalan que el poder de un presidente se acaba en el momento en que se quita la banda presidencial para entregarla a quien lo sucede. Creo que en talento, cultura, preparación y capacidad en general para gobernar, Claudia Sheinbaum supera por mucho a López Obrador. Mal haría entonces si aceptara someterse a él y se resignara a servir a los designios continuistas de AMLO. Desde luego, insisto, lo que digo está condicionado al hecho de que la candidata del Gobierno gane en las urnas lo que ha ganado en las encuestas. La moneda todavía está en el aire, y muchas cosas pueden pasar antes de que las cosas pasen... Tres votos hizo al ordenarse el Padre Cachafaz, cura párroco de pueblo: el de pobreza, el de obediencia y el de castidad. Cumplía más o menos los dos primeros, no así el otro. Pensaba que un 66 por ciento de cumplimiento no estaba nada mal. Su comportamiento fue causa de que un grupo de señoras pertenecientes a la Cofradía de la Reverberación fuera a quejarse con el obispo acerca de la conducta del salaz presbítero. Le informaron que el párroco decía que era capaz de hacer el amor tres veces seguidas. El dignatario preguntó con interés: “¿Y cuál es el récord?”. Hizo llamar el jerarca al dicho cura y lo reprendió paternalmente: “Ya que no puede usted ser casto, sea cauto”. En seguida le dijo que para acabar con el escándalo iba a cambiarlo de parroquia. “Se lo agradezco mucho, Su Excelencia −manifestó el párroco sinceramente conmovido−. En la variedad está el gusto”. Ah, qué bien dijo Horacio en su primera Epístola: Naturam expelles furca, tamen usque recurret. Aunque expulses a la naturaleza con un tridente −vale decir con todas tus fuerzas− ella siempre regresará... FIN.
TE PUEDE INTERESAR: En crisis, la industria chocolatera mexicana