Víctor Urbán y Eduardo Angulo, dos ideas de la mexicanidad en la música de concierto

Opinión
/ 7 junio 2024

En el Atril de esta ocasión coloco las figuras de dos insignes personalidades del escenario musical mexicano: los maestros Víctor Urbán Velasco (1934-2024) y Eduardo Angulo (1954). Mexiquense y poblano, respectivamente, sus vidas están inmersas en la febril actividad musical: la interpretación instrumental y la creación musical. Ambos son excelsos virtuosos ejecutantes de sus instrumentos: Víctor Urbán en el órgano y Eduardo Angulo en el violín y la viola. Los dos iniciaron sus estudios musicales en México para luego perfeccionarlos en el exterior. Tanto uno como el otro compusieron obras de distintos géneros y para diferente instrumentación, la música de ambos se ha interpretado y escuchado en nuestra ciudad.

Algunas de las obras del maestro Víctor Urbán las escuchamos en diferentes fechas en los conciertos del desaparecido Festival Internacional de Órgano de Saltillo, interpretadas por él mismo en el centenario órgano Walker de la Catedral de Saltillo; del maestro Angulo hemos escuchado, principalmente, algunas de sus obras para guitarra en la interpretación de notables guitarristas de nuestra región.

El maestro Víctor Urbán falleció el pasado 18 de mayo en la ciudad de Mérida, Yucatán a los 90 años. La labor de difusión de la música para órgano que realizó en poco más de 70 años de incansable carrera fue destacada y reconocida por la comunidad musical de nuestro país como del extranjero a través de numerosas giras de conciertos en los cinco continentes, desde su titularidad como organista del órgano monumental del auditorio nacional, así como la de catedrático en el Conservatorio Nacional de Música y de la Escuela Nacional de Música de la UNAM, entre otras instituciones académicas.

Su presencia en nuestra ciudad capital como intérprete de órgano fue muy apreciada por el público amante de la música para el bien llamado Emperador de los instrumentos, en numerosas presentaciones en las que dejó huella de su virtuosismo y calidad interpretativa. Tuve el honor de ser su alumno por un periodo de tiempo en el que me alentó a realizar estudios de órgano en el extranjero. Antes de salir del país me programó para participar como ejecutante en el prestigiado Festival Internacional de Órgano de Morelia.

Su estilo de enseñanza era propio de los maestros de antaño: infinita paciencia sazonada con analogías y sabiduría escanciada en largos silencios escuchando la ejecución de sus alumnos. Interrumpía el flujo de la música con suavidad para compartir sus comentarios con cuidadosa deferencia. Sus consejos valían oro puro puesto que derivaban de su aprendizaje con verdaderas leyendas de la música, tales como Jesús Estrada, José Pablo Moncayo, Blas Galindo, Ferruccio Vignanelli, Fernando Germani, Helmuth Rilling, Domenico Bartolucci, entre otros. Su tristeza fue muy elocuente cuando supo de la cancelación del Festival Internacional de Órgano de Saltillo. La última vez que hablé con él, hace un par de años, me expresó su deseo de su reanudación y de regresar a Saltillo para participar en él. Ya no será posible.

Actualmente el maestro Eduardo Angulo es un compositor activo que ha producido una significativa obra destinada, en su mayoría, al violín y la viola, instrumentos que domina. Su obra aborda numerosos géneros escritos para diferentes ensambles e instrumentos. Graduado del Conservatorio Nacional de Música en 1973, en 1975 egresa del Real Conservatorio de La Haya, Países Bajos. El pasado miércoles 5 un par de jóvenes talentosos, estudiantes de la Escuela Superior de Música de la Universidad Autónoma de Coahuila, presentaron su examen final para obtener la licenciatura en música con acentuación en guitarra, interpretando los Conciertos 1 y 2 para guitarra y orquesta de Eduardo Angulo. Tanto Gabriela Velarde como Joel Noé Martínez, estudiantes del maestro Arody García, ejecutaron con destreza técnica ambos conciertos. A pesar de su incipiente carrera musical como instrumentistas dieron muestra del avance y madurez obtenida a lo largo de siete años de estudios. Las oportunidades para escuchar música mexicana contemporánea en nuestra localidad se han multiplicado últimamente. Esperamos que no cese.

CODA

“La interpretación musical es una senda que hay que caminar con paciencia”. Víctor Urbán.

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