Vida de perro

Opinión
/ 6 julio 2024

Dicen que el perro es el mejor amigo del hombre, y más que amigo creo que es un regalo del cielo que sabe reflejar lo que los seres humanos somos. Mi papá piensa que los perros en realidad son ángeles que se disfrazan para no ser reconocidos. Algunos por necesidad, adoptan la ferocidad del hombre. “Son ángeles a quienes los humanos convierten en demonios. Pero en el fondo tienen la mansedumbre y bondad que hacen del perro un reflejo perfecto del amor de Dios”, escribió en su libro “Mi perro Terry”.

Yo he tenido tres perritos cocker. El primero fue precisamente Terry, que llegó a mi infancia gracias a un regalo de mi tío Pancho, en paz descanse. El Terry se convirtió en un hermano más en nuestra familia. Era amado por todos y su amor por nosotros era aún mayor, al menos así lo demostraba. Por la noche paseaba habitación por habitación para ver si ya todos estábamos en casa. Si acaso faltaba alguien por llegar, que por lo general era mi papá debido a su trabajo, Terry se quedaba en la puerta de la casa para esperar su llegada.

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Luego tuve a Lola, una perrita cocker inteligentísima, a pesar de que siempre caía en el engaño de los tlacuaches, a los que odiaba con odio jarocho. Cuando veía a una zarigüeya le ladraba con fiereza. Entonces el tlacuache, al advertir los gruñidos amenazantes de Lola, solía fingir su muerte. Entonces Lola entraba a la casa y cuando salía ya no estaba el tacuazín. A Lola sólo le faltaba hablar y, como no podía hacerlo, entonces cantaba... o más bien aullaba cada vez que uno de mis hijos tocaba el piano.

Tras la muerte de Lola, otro cocker llegó a mi nueva vida de divorciado. Él se llama Wilson, así como la pelota con la que platicaba y aliviaba su soledad Chuck Noland, personaje interpretado por Tom Hanks en la película “Náufrago”. Cada uno de mis días es mejor gracias a la nobleza y compañía de mi perrito Wilson.

Y hablando de perros cocker les platicaré una historia que leí en el libro “La culpa es de la vaca”, con anécdotas y reflexiones compiladas por Jaime Lopera Gutiérrez y Marta Bernal Trujillo.

Resulta que el dueño de una tienda de animales colocó en el aparador un letrero que decía: “Se venden hermosos cachorros cocker spaniel. Más información al interior del local”. Un niño pasaba por ahí, vio el cartel, entró a la tienda y le preguntó al dueño: “¿Cuánto valen los perritos?”. El señor le contestó que cada uno costaba 2 mil pesos. El niño empezó a buscar entre los bolsillos de su pantalón y sólo tenía 100 pesos.

Los pequeños cocker jugueteaban y corrían alrededor del niño, quien se dio cuenta que uno se quedaba atrás y que no tenía ánimos para brincar como hacían los otros. Entonces le preguntó al dueño qué le pasaba a ese cachorrito que no corría como los otros. “Pues mira”- dijo el dueño. “Lo examinó el veterinario y se dio cuenta que tiene un defecto de nacimiento en la pata trasera, y se quedará así para siempre”.

Entonces el niño le dijo que quería a ese perro. El señor se extrañó mucho pues el resto eran muy juguetones. El niño insistió y, para su sorpresa, el dueño del local le dijo que no le iba a cobrar por ese perrito, que se lo regalaba. En lugar de alegrarse, el pequeño se enojó mucho y le dijo que él quería pagar por ese cachorro, siempre y cuando el señor aceptara que le dejara los 100 pesos de su domingo y que cada semana le diera otra cantidad similar hasta llegar a los 2 mil pesos. “¿Pero cómo te lo voy a vender?” - dijo. “¡No ves que el cachorro está cojo! Nunca podrá correr, ni saltar, ni jugar”. Entonces el niño, lleno de coraje, se levantó el pantalón que cubría su pierna izquierda y le enseñó al dueño de la tienda lo retorcida que estaba y que por ello tenía que soportar a esos fierros para poder caminar. “Yo tampoco puedo correr, ni saltar, ni jugar, y aunque algunos opinan que soy un minusválido, tengo el mismo valor que usted y que todos”.

Ese día el dueño de la tienda aprendió una gran lección y de quien menos lo esperaba. Con un nudo en la garganta sólo pudo decir: “Hijo, espero que cada uno de estos cachorritos tengan a un dueño igual de valioso y de valiente como tú”.

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