Violencia machista: no se combate con eficacia

Opinión
/ 26 noviembre 2025

No desaparecerá ni disminuirá la violencia machista mientras no se atiendan las causas culturales que se ubican detrás de ella y han sido largamente normalizadas.

Las distintas formas de violencia que las mujeres han padecido históricamente, y que hoy buscan combatirse con eficacia, tienen raíces de carácter cultural. No podría ser de otra forma, pues los razonamientos que ubican al hombre en una posición de superioridad se han transmitido entre generaciones a lo largo de ya muchas décadas.

A partir de esta realidad, la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés) establece el compromiso, de los estados signantes, de adoptar todas las medidas que se consideren adecuadas para modificar los patrones socioculturales de conducta que se ubican detrás del fenómeno.

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Esto debe hacerse, plantea la CEDAW, “con miras a alcanzar la eliminación de los prejuicios y las prácticas consuetudinarias y de cualquier otra índole que estén basados en la idea de la inferioridad o superioridad de cualquiera de los sexos o en funciones estereotipadas de hombres y mujeres”.

Para decirlo con mayor claridad, la violencia y las diferentes formas de discriminación de las cuales aún son víctimas muchas mujeres, tienen como origen las ideas con las cuales hemos sido educados largamente. Por ello, la solución de fondo a estos problemas se encuentra en la transformación cultural de las sociedades.

El comentario viene al caso a propósito del reporte que publicamos en esta edición y que recoge los datos sobresalientes del estudio “Radiografía de la Violencia Familiar en el Estado de Coahuila 2016-2024”, elaborado por la Universidad Autónoma de Coahuila en colaboración con el Gobierno de Coahuila.

El estudio revela una realidad que evidencia cómo la raíz del problema no está siendo atendida: cada año se registran en nuestra Entidad alrededor de 19 mil casos de agresores reincidentes. La cifra es brutal: estamos hablando de un promedio de 52 casos diarios.

De acuerdo con los datos del Informe, se han documentado casos de hasta cinco reincidencias en un mismo año. Tal hecho deja claro que la existencia de leyes que protegen a las mujeres, e instituciones públicas orientadas a hacerlas valer, ha resultado ineficaz, al menos parcialmente.

Y es que lo esperable sería, no solamente atestiguar la reducción en la incidencia de casos de violencia contra las mujeres sino, sobre todo, que en aquellos casos en los cuales el hecho ha sido puesto del conocimiento de las autoridades, no se repitiera.

Lejos de tal posibilidad, lo que este estudio demuestra es que la cultura machista sigue prevaleciendo y, a partir de ella, muchos hombres siguen considerando “tener derecho” de agredir a sus parejas, hijas, hermanas o conocidas.

Y tal realidad seguirá así, inalterable, mientras no se atienda el fondo, es decir, la necesidad de una transformación cultural de nuestra sociedad.

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