¿Y las obras para cuándo?
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Ni los economistas más renombrados del planeta han dado con la receta mágica para lograr el crecimiento y el desarrollo de un país o de una región en específico. Algunos recomiendan controlar los índices de inflación. Otros incentivar la confianza del consumidor. Hay quienes también aluden al apoyo económico gubernamental a la población más vulnerable. No faltan tampoco aquellos que aconsejan terminar con el empleo informal fomentando la llegada de más empresas, para que así crezcan las ofertas laborales.
Yo, que tengo más conocimientos de Física Cuántica que de Economía, creo tener la clave del desarrollo de un país, de una región o de una ciudad. Esta receta infalible puede reducirse en dos simples palabras: obra pública.
Ante un pronóstico de crecimiento económico a mediano plazo en Estados Unidos, motivado por la apuesta del presidente Biden de emprender ambiciosos proyectos de infraestructura en su país, resulta increíble que Andrés Manuel López Obrador defienda obras a todas luces inoperantes como lo son el aeropuerto Santa Lucía, la refinería Dos Bocas y el tren Maya. En dichos proyectos el principal proveedor de cemento es una compañía extranjera: Holcim Apasco. Por otro lado, la mayor parte de los contratos se han otorgado por adjudicación directa, lo cual incrementa la corrupción y la mala calidad de las obras, y, por si fuera poco, el presidente de México beneficia con proyectos de obra a Estados afines a su gobierno y que se han pintado de guinda en diferentes jornadas electorales. ¿Cuántas obras de infraestructura ha emprendido el gobierno de la 4T hasta ahora en Coahuila? Ninguna, exceptuando la construcción de una sucursal del Banco del Bienestar en Parras.
Hay dos obras a ejecutarse por la iniciativa privada pero que AMLO presumió como de su gobierno: inversión en el reacondicionamiento del aeropuerto de Torreón y la autopista Interserrana la cual conectará a la carretera Matehuala-Saltillo con la carretera Monterrey-Ciudad Victoria.
Sé que el Gobernador Miguel Riquelme Solís ha alzado la voz en repetidas ocasiones para exigir al presidente mayor presupuesto para Coahuila. Aún así, durante su sexenio ha emprendido obras en beneficio de miles de coahuilenses. Los saltillenses podemos citar, como ejemplo, la ampliación de los bulevares Los Valdés y José Narro Robles. Es importante citar también la construcción de la “Línea Verde”, proyecto que beneficiará a decenas de miles de saltillenses que viven en el sur de la ciudad. En dicho proyecto se incluyeron canchas deportivas, juegos infantiles, skate park, y decenas de árboles y plantas para adornar el pasaje, además de caminos para correr y para andar en bicicleta. Este proyecto, sin duda, contribuirá a reconstruir el tejido social, a bajar la delincuencia en dicho sector y a fomentar el sano esparcimiento en un ambiente familiar.
Sin embargo, hay otras obras para Saltillo que en verdad urgen. Una de ellas es el colector pluvial en el norte de la ciudad, para evitar así inundaciones que ya han lamentado decenas de familias. Otra obra prioritaria es la autopista a Derramadero. Cada día, miles de obreros, agricultores o transportistas circulan por esta vía perdiendo en ocasiones hasta una hora por el tráfico, y lo que es peor, muchas veces los choferes de unidades de transporte de personal manejan imprudentemente por la exigencia de las empresas de llegar a tiempo. Como ejemplo está el accidente registrado la semana pasada, en el cual resultaron con lesiones 35 personas. Mucho bien se hará a la economía regional y a la seguridad de los trabajadores coahuilenses, si dicha carretera se concluye.
Múltiples proyectos pueden proponerse. Sin embargo, en la capital coahuilense urge la construcción de otro anillo periférico, pues el congestionamiento vial es cada vez más desesperante. Ya no existe una hora pico. Ahora todas las horas del día son pico, y más si se circula por el Periférico LEA y por el bulevar Carranza. Es cierto que los Puentes de la Gente fueron muy útiles en su momento. Pero hoy dicha infraestructura resulta insuficiente.
Exijamos como sociedad estas obras a la Federación. La mejor forma de hacerlo será a través de nuestros diputados federales y, por supuesto, por medio de nuestro voto de castigo para el candidato de Morena en las próximas elecciones para gobernador.
No olvidemos la deuda que tiene López Obrador con los coahuilenses. Resulta increíble que siendo Coahuila una de las entidades que más aporta a la Federación, sea de los estados que más han sufrido los recortes presupuestales y el manejo discrecional de los recursos.
Mucho ha prometido el Presidente y muy poco ha hecho. Exijamos que AMLO deje de ver a Coahuila como un botín electoral, y que reconozca la grandeza de nuestro pueblo destinando un presupuesto justo y emprendiendo obras que redunden en beneficios inmediatos para la población. ¿De qué le sirven los casi 2 mil pesos mensuales que otorga el gobierno federal a los adultos mayores si éstos tienen que pagar las medicinas que en el IMSS ya no hay y muchas veces tienen que acudir a consulta privada por la falta de médicos? ¿Para qué becar a una madre soltera si la dádiva federal no le alcanza siquiera para pagar una guardería privada?
La receta está dada. En su popularidad lo hallará nuestro Presidente si no la toma en cuenta.
aquientrenosvanguardia@gmail.com