¿Ya hiciste tu primer meta del 2025? Recuerda, la clave es la simplicidad
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En el 2025 haz que tu meta se construya desde ahí: un paso pequeño, pero significativo
El 1 de enero, con el inicio del año y en un día de asueto, me encontré sin mucho quehacer. Mientras daba vueltas a los compromisos para el 2025, decidí distraerme viendo una película. Elegí una de esas que nunca pasan de moda: “El Silencio de los Inocentes”.
En una de las escenas más memorables, Hannibal Lecter lanza su famosa línea: “Simplicidad, Clarice. Siempre es la clave”.
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La frase resonó en mí, pero no fue sólo por su contundencia. En la misma escena, Hannibal menciona a Marco Aurelio con una de sus reflexiones más célebres: “Para cada cosa particular, pregúntate cuál es su naturaleza, su origen o causa”.
Ahí tuve mi “click”. Tanto Marco Aurelio como Hannibal Lecter, cada uno a su manera, apuntan a lo mismo: para resolver problemas o alcanzar metas debemos buscar primero la esencia, es decir, para qué lo queremos hacer, para llegar a dónde, y actuar desde ahí con simplicidad.
Primero, lo esencial.
Marco Aurelio nos invita a reflexionar sobre la naturaleza de las cosas. ¿Qué es lo más importante en cada propósito? No se trata sólo de cumplir metas, sino de entender el porqué y el para qué.
Ejemplo de metas típicas de cada año:
¿Quieres hacer ejercicio? Primero pregúntate: ¿para qué? Tal vez digas que es por salud. Vuelve a cuestionarte, ¿para qué? Si tu respuesta es que tu familia te necesita, entonces el ejercicio no basta. Mejora tu dieta, visita al médico, deja de fumar, entre otras acciones. Así, cuando tengas la rosca de Reyes frente a ti, pensarás en tu familia.
¿Quieres leer más? ¿Para qué? Si deseas desarrollarte profesionalmente, escoge lecturas puntuales y compleméntalo con otro tipo de aprendizajes como participar en asociaciones y relaciones personales.
Conectar con la esencia de nuestras metas nos ayuda a priorizar y simplificar las acciones para lograrlas. En lugar de dispersarnos en mil tareas, concentrémonos en lo que verdaderamente importa.
Ahora, la simplicidad.
Cuando empieza el año es común establecer metas grandiosas: bajar 10 kilos, ahorrar un millón de pesos, leer 50 libros o hacer ejercicio diario. Pero estas metas suelen ser tan grandes que nos paralizan. Nos perdemos en los detalles o abandonamos ante la dificultad. ¿Y si empezáramos más simple? Si tu objetivo es perder 10 kilos, comienza con el primer medio kilo. Meditar 20 minutos al día puede iniciar con sólo dos. Si tu meta es escribir un libro, comprométete a una página esta semana.
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Cada pequeño logro es un paso hacia la dirección correcta. Más importante aún, cada paso libera dopamina, la hormona de la recompensa, que refuerza nuestra motivación y nos prepara para el siguiente avance.
Finalmente, escoge tus ejes a desarrollar.
Para ayudarte a comenzar, cuando tengas tu meta esencial, alinea a esta microobjetivos dentro de los 7 ejes de desarrollo humano.
1) Física: Camina 10 minutos diarios.
2) Emocional: Expresa una emoción al día que normalmente no harías.
3) Conocimiento: Lee 10 minutos diarios un libro.
4) Relaciones: Reúnete con una persona importante para ti cada dos semanas.
5) Mentalidad: Anota diariamente tres cosas que agradezcas.
6) Ética: Ayuda a alguien con lo que tengas.
7) Espiritual: Dedica dos minutos diarios a agradecer lo que te fue dado.
La clave está en mantener el enfoque en lo esencial y actuar con simplicidad. Como Hannibal Lecter nos recuerda: “Simplicidad, Clarice. Siempre es la clave”. Y con la guía de Marco Aurelio, entendemos que cada meta tiene una naturaleza, un origen y un propósito. En el 2025 haz que tu meta se construya desde ahí: un paso pequeño, pero significativo. ¿Cuál es tu primer meta?
Facebook: @Salexperts, @ACAldrete
LinkedIn: Alberto Cárdenas Aldrete