Kusturica, polémico y genial

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/ 21 marzo 2011

Uno de los cineastas más interesantes de los últimos tiempos es el serbio Emir Kusturica, quien se encuentra de visita en la Ciudad de México, donde ayer ofreció, junto con The No Smoking Orchesta, el concierto The Gypsies are Back, y hoy imparte una clase magistral sobre cine.

Aquí los motivos para amarlo y odiarlo.

Por qué queremos tanto a Kusta

Nos ha demostrado que las ovejas descarriadas pueden tomar un buen camino aunque no por ello se vuelvan borregos. Se dice que los padres de Kusturica lo enviaron a estudiar a la Academia de Artes Interpretativas de Praga para alejarlo de "malas amistades". Siguió siendo un "chico malo", pero al menos encausó su rebeldía en el arte.

La creatividad de sus películas es innegable. Como pocos, ha sabido hacernos reír con la guerra, nos ha presentado la intensa cotidianidad de los gitanos y al clan de los mafiosos zíngaros, nos ha hecho volar con aviones fabricados a base de sueños, ha mostrado cómo es la vida de un músico y la de un futbolista, entre muchas otras situaciones.

Por explotar el "realismo mágico", incluso al contar historias complejas que reflejan la realidad, sin miedo al qué dirán.

Presentó al mundo a la No Smoking Orchestra, banda de rock gitano de la ex Yugoslavia formada en los años ochenta por Nenad Jankovic (mejor conocido como Dr. Nelle). Emir se unió al grupo en 1986, como bajista, tras conocerlos durante la filmación de su película ¿Recuerdas a Dolly Bell? y con ellos explotó una corriente musical que, dicen los que saben, se llama "nuevo primitivismo" (surgido después de la muerte del mariscal Tito, líder-patriarca de la Yugoslavia de posguerra) o "techno-rock gitano", con mucha sátira a la política y a los musulmanes.

También, a través de sus cintas, nos introdujo al seductor mundo musical de Goran Bregovic, responsable de algunas de las mejores bandas sonoras del cine europeo y culpable de que cientos de mexicanos hayamos bailado a su ritmo, incluso a pesar de la lluvia.

Aunque debutó como cineasta en Estados Unidos con Sueños de Arizona, no se dejó seducir por el oropel de Hollywood y siguió haciendo películas en su tierra y sobre su problemática (hasta que decidió hacer un documental sobre Maradona).

Nos ha enseñado que el humor es la mejor arma para fijar una postura, criticar un sistema, problemática social o guerra.

Ha sido también actor, tanto en sus propias películas como en las de otros: debutó en 1995 como actor en Underground, donde aparece sólo unos instantes como un comprador de armas, pero en 2002 tuvo un papel en la cinta The Good Thief, de Neil Jordan (otro cineasta entrañable), entre otras participaciones.

Porque resulta que no sólo es constructor del destino de sus personajes, sino también de edificios: en 2005 ganó el Premio Europeo de Arquitectura Phillipe Rotthier por su proyecto de ciudadela étnica Drvengrad ("pueblo de madera"), ubicado sobre el monte Zlatibor en Serbia.

Cuando no trabaja como director de cine, vive en Kustendorf, un pequeño pueblo que él mismo fundó en las montañas de Serbia, donde cada año se realiza un festival de cine a su cargo.

Quiere hacer una película sobre mi general Pancho Villa que lleve el pacheco título de Seven Friends of Pancho Villa and the Woman with Six Fingers.

 

Por qué no quieren tanto a Kusta

Por su apoyo público a Slobodan Milosevic, el ex presidente serbio que fuera acusado de genocidio por el Tribunal de La Haya, en cuya prisión falleció.

Porque habiendo nacido en una familia bosnia musulmana se convirtió al cristianismo ortodoxo y durante el conflicto armado entre serbios y bosnios de los años noventa apoyó a la parte serbia.

Ha creado fama y (no) se ha echado a roncar. Hace poco, varios medios informaron que Kusturica minimizó en repetidas ocasiones el número de muertos de la guerra en Bosnia y las violaciones de mujeres musulmanas, aunque el propio cineasta desmintió haber realizado tales declaraciones.

Ha acusado públicamente a Estados Unidos de haberse entrometido en los asuntos serbios.

Por decir, sin empacho: "Nunca he sido amigo de los hombres del poder de Belgrado, porque no tengo ninguna necesidad de hacer que se olvide nada de mi pasado".

La balanza, sin duda, se inclina a su favor. ¡Larga vida a Emir Kusturica!

Milenio Diario, conocido también como Milenio Nacional o Milenio, es un periódico mexicano. Se fundó en la ciudad de Monterrey, capital del estado de Nuevo León, México, con el nombre Diario de Monterrey, y fue responsable de su creación Jesús Dionisio González el 22 de noviembre de 1974.

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