Se oponen Bauche, Sosa y Bichir a que los niños trabajen en el arte

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/ 1 mayo 2008

    México, D.F. .- Aunque los actores mexicanos Vanessa Bauche, Roberto Sosa y Bruno Bichir iniciaron su carrera a temprana edad, expresaron su desacuerdo en que los niños trabajen en el arte, pues consideran que en esa etapa no deben someterse a altas dosis de estrés, ni cumplir con responsabilidades que no les corresponden.

    "Ellos sólo deben preocuparse por jugar, divertirse, comer bien y cubrir sus obligaciones en cuanto a una formación académica, no por trabajar, aprenderse parlamentos y soportar que un director frustrado te grite y te haga sentir menos", aseveró Vanessa Bauche.

    La artista premiada y reconocida a nivel internacional, recordó que en la película "Amores perros" (2000), en la escena donde tiene que lanzar un grito ensordecedor mientras carga en sus brazos a un niño de tres meses, fue lo más difícil de hacer.

    "Porque, ¿cómo le quitas a un bebé ese impacto, cómo le explicas que lo que estaba pasando no era cierto?. Me sentí responsable de la carga de estrés que en ese momento le transmití al pequeño, de inducirlo a una atmósfera ajena a su vida personal.

    "Por eso, si sus hijos quieren ser actores, por favor, no les hagan caso, propónganles otras alternativas, a menos que sea inevitable", indicó.

    En la celebración por el Día del Niño, Bauche, Sosa y Bichir hablaron frente a unas 500 personas, entre pequeños y adultos, sobre los retos, las satisfacciones y los sacrificios que enfrenta un actor infantil, como parte del ciclo "Conociendo a...", que organiza el Centro Cultural del Bosque, del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).

    Roberto Sosa, quien se inició en los escenarios a los siete años "por accidente", pues debía compensar la ausencia de un actor que debía introducirse en una botarga para salir en una obra de teatro en la que actuaba su madre, dijo que su trabajo en el arte le ha dado muchas bendiciones, pero también enfermedades.

    "Siempre pensé: `¿Por qué no fui cajero de Aurrerá, arquitecto o músico?', pero he comprendido que a través de la actuación uno encuentra la posibilidad de desempeñar otros oficios y cuando supe que te pagaban por ello, me agradó más la idea.

    "Ustedes se preguntarán por qué desde los 12 años tengo una cicatriz en la mejilla y les diré que el cuerpo tiene que sacar por algún lado la tensión y me salió un tumor. En aquel tiempo era mucha la presión de sacar adelante mi trabajo, lo mismo que la escuela y con poco tiempo para jugar, por eso es que tampoco estoy de acuerdo con que los niños actúen", comentó.

    Bruno Bichir, por su parte, añadió que un niño no debe preocuparse por trabajar, "sólo tiene que vivir feliz". Recordó cuando su mamá, la actriz Maricruz Nájera, lo llevó a un "casting" para participar en un comercial de mayonesa.

    "Todos los niños estaban llorando y como yo era muy huraño, eso me molestaba. Además, el director de escena decía cosas que yo no entendía, me decía que debía agarrar el chícharo con el tenedor y luego untarlo en la mayonesa. No me gustó y le dije a mi madre que esto no iba a funcionar, pero insistí una vez más.

    "Agradezco a mis papás que nunca me hayan obligado a hacer tal o cual cosa. Me preguntaron si quería actuar y respondí que sí. Yo siento que el mundo se perdió de un espléndido cirujano, aunque también quería ser luchador, pero el cuerpo no me daba.

    "Claro que fui un niño feliz; no obstante, opino que a una corta edad no debes tener demasiadas responsabilidades, porque llega un momento en que el juego se convierte en una profesión, tienes que cubrir un horario y trabajar incluso más que tus propios padres", anotó.

    Además de las responsabilidades y sacrificios que conlleva la carrera de actuación, Bauche explicó que "tienes que soportar los insultos de gente que está peleada con la vida y se siente más que Dios. Siempre supe que me quería dedicar a esto, aunque no tenía claro si a la música o a la actuación.

    "Cierta ocasión lanzaron la convocatoria para estar en la obra `Vaselina' y audicioné. No me llamaron hasta que un día me encontré a Martha Zavaleta y me dijo que le había gustado mi trabajo, que fuera de nuevo. Llegué y estaba una tipa que se la vivía gritándole a todos, ella elegía quién se quedaba y quién no.

    "Me dijo que yo era un error de la naturaleza, que no tenía nada que hacer ahí y que lo entendiera. Yo le pregunté por qué me decía eso y me respondió: `Me caes mal y punto, si Julissa te viera diría lo mismo'. Era una mujer que se encargaba de traumar a la humanidad, salí callada y muy deprimida; cuando mi madre lo supo, quería regresar a golpearla", añadió.

    Roberto Sosa, en ese renglón, confesó que en lugar de tener el reconocimiento de sus compañeros de escuela o vecinos de la colonia, padeció los rechazos y las burlas.

    "Yo participaba en la telenovela `Chispita' (1982), al lado de Lucerito, y mis amigos se reían diciéndome chisputo, porque esta profesión se presta a que te tomen por homosexual. Yo quería integrarme a su grupo y no me dejaban, no comprendían que esta carrera no te hace más ni menos, es un oficio cualquiera.

    "Yo deseaba ser un niño más, normal como cualquier otro, tener el chance de salir a jugar a la calle y hacer travesuras, pero en ocasiones ni tus propios amigos te lo permiten", lamentó.

    Vanessa Bauche mencionó que de tener hijos que deseen dedicarse al arte, "primero le hablaré de otras posibilidades, si insisten no quedará más remedio, pues lo importante es escucharlos, respetar sus ideas y apoyarlos para conquistar sus sueños".

    Tras una charla de más de dos horas, los tres actores coincidieron en señalar que de volver a nacer optarían por la misma profesión y el mismo estilo que los ha conducido por el camino del éxito.

    Al final, Vanessa Bauche leyó con la voz entrecortada "El niño", una de las cartas que su padre, el músico Tito Bauche, le dejó a ella y a sus hermanos antes de morir.


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