Las paredes blancas del Centro Roberto Garza Sada "invitan a crear y abrir la mente"

San Pedro Garza García, NL. El Centro Roberto Garza Sada (CRGS), de la Universidad de Monterrey (Udem), es el primer edificio en América Latina diseñado por el afamado arquitecto japonés Tadao Ando, ganador del Premio Pritzker en 1995.

Con formación autodidacta, aunque suene increíble –se instruyó mediante libros y extensos viajes–, llama la atención que Ando haya proyectado un edificio destinado a albergar la División de Arte, Arquitectura y Diseño (DAAD) de la Udem. Sólo nos queda imaginar qué necesidades, que consideró pertinentes, haya plasmado.

A los alumnos Juan Daniel Castaños Huitrón y Andrés Vargas se les preguntó qué se siente estudiar en un edificio como el creado por Ando.

Castaños Huitrón, de 20 años, quien cursa el cuarto semestre de arquitectura, contesta: "Es motivante tener clases en edificios como éste, que son diseñados especialmente para la creatividad, ya que te dan la inspiración de lo que creas; lo que imaginas puede ser realizado".

Además, "que no todo es cuadrado, que la arquitectura no es simplemente salones cuadrados, acomodados de forma funcional, sino que también pueden tener una fachada o una parte posterior iluminante. Estar en este edificio, tener clases aquí, me hace el día. Tal vez tenga sus detalles, pero nada es perfecto".

Entrevistado en uno de los salones, Vargas, de 23 años, alumno de diseño industrial, quien prepara su tesis, señala que las paredes blancas del área "invitan a crear, porque nada hay. Te invitan a abrirte a ti mismo y ver qué puedes poner, que tu mente se abra totalmente".

Para Jorge Eduardo Galván, director del Programa Académico de Arquitectura de la Udem, la edificación del CRGS es una experiencia "muy positiva en la transformación de nuestros estudiantes". Más allá de la oportunidad de tener un edificio de Ando en Monterrey, el entrevistado enfatiza el proceso de construcción y el acercamiento con el arquitecto japonés, quien dio "un seguimiento muy personal a la obra" que, de acuerdo con Galván, es representativa de su nueva arquitectura.

Deambular en una obra viva

Durante la media docena de viajes que Tadao Ando realizó a la Udem, hubo oportunidad de "oírlo charlar y hablar de su obra. Sentimos que la mano del maestro Ando está muy presente en el CRGS, no sólo por sus visitas, sino en el resultado de cómo el edificio dialoga con las montañas".

A Galván lo que más llama la atención es la manera en que la obra se aproxima a la Sierra Madre Oriental y hace suyo el paisaje dentro del entorno maravilloso en que está.

"Es un espacio muy inspirador, que siempre se transforma y nos sorprende mediante el manejo de la luz, el concreto, la textura, por el maestro Ando, pero también constantemente cambia a lo largo del día y en cada estación del año."

Respecto de la escultura que Daniel Ruanova (Mexicali, 1976) instaló afuera del CRGS, con motivo de la sexta Conferencia Internacional de Arte, Arquitectura y Diseño que terminó hace unos días, el artista visual asegura que no era su intención agarrar un pedacito del spotlight del edificio, sino porque creía que estas ligas –se refiere a las líneas de Sitio de seguridad No. 1 (The fuck off project)– están igual de brutales. Es duro este edificio, este paisaje.

Considera una lección para los jóvenes que allí estudian, poder "deambular en una escultura viva". Agrega: "qué osadía de los regios para echar un edificio de Tadao Ando de este tipo. Esto es lo que me gusta de aquí, es un México que cree que se puede. Eso es diferente, es evidente".

En la inauguración de la escultura, la titular de la DAAD, la diseñadora de modas Elizabeth Galindo, manifestó el deseo de que la obra permanezca en la Udem.